Un delantero al uso y una defensa de tres
Lopetegui dio la vuelta al sistema ante un rival absolutamente incapaz
Paseo en Vaduz. Por una cuestión de orden, España le endosó ocho goles a Liechtenstein. No había rival alguno enfrente. La Selección abrevió la faena con el 3-0 en el minuto 15 y despachó el resto del partido sin excesos.
Cambio de esquema. Lopetegui dispuso un once reconocible pese al amateurismo de Liechtenstein con una zaga de tres jugadores. Era previsible. El sistema cuadra con su voluntad de proponer diferentes variantes tácticas. ■ Amplitud. La numantina defensa de Liechtenstein obligaba a abrir el campo por las alas. Lo hizo Pedro en la derecha y también Isco y Silva en la izquierda. ■ Muro. La ubicación de Busquets limitó las aisladas escaramuzas del equipo de Pauritsch y posibilitó vivir durante casi los noventas minutos en terreno oponente.
Bloque alto. Con el combinado centroeuropeo en la trinchera, España se aplicó en la presión cuando perdía el balón y recuperó en posiciones adelantadas. Agradó la actitud diligente de Morata en este registro (cinco robos).
En el área. La Selección atacó la inconsistencia rival con un delantero fijo (Morata) que fijara la portería de Jehle. El contexto remitía a cargar en el remate y encaminaba a una goleada irremediable y de tímidas conclusiones.