Un reparto de puntos más teñido de azul
Anquela ganó la partida a Herrera tras el descanso
EI ansiado derbi asturiano del reencuentro sin duda habrá dejado más satisfechos a los oviedistas que a los sportinguistas. El empate suele servir para dejar contentos a todos, pero esta vez quizá haya dejado un poso amargo a los dos eternos rivales. Al Sporting, porque muchos le daban por favorito y consideraban casi obligado el triunfo; al Oviedo, porque visto el desarrollo del encuentro, el punto les tiene que saber a poco.
Se las prometían muy felices los rojiblancos cuando Carmona batió a Juan Carlos en medio del diluvio de la primera mitad. Parecía que el equipo de Paco Herrera iba a imponer la ley de quien, en teoría, era el más fuerte y tuvo más el balón; sin embargo, Anquela fue corrigiendo a su equipo y, tras el descanso, el partido se tiñó de azul.
El Sporting estuvo mejor en la primera parte, pero sin hacer daño. De hecho, el gol casi se puede contabilizar como la única gran ocasión. El Oviedo, en cambio, mandó en la segunda mitad, dispuso de un par de ocasiones, además de alguna otra en el primer período, lo que daría una victoria a los puntos, en este sentido a los visitantes.
Porteros. Mariño evitó un gol cantado con una gran intervención en un remate de cabeza de Carlos Hernández casi a bocajarro. De hecho, el portero del Sporting fue quien más trabajo tuvo de los dos guardametas. Su colega Juan Carlos fue casi un espectador más en el segundo período, en el que solo recibió un aviso en un disparo de Michael Santos.
El Oviedo fue, en definitiva, más ambicioso en el cómputo general del encuentro. Por eso al final obtuvo el premio del empate, convirtiéndose también en el primer equipo que logra perforar la portería de Mariño en la competición liguera, que aún tiene mucho camino de rivalidad por delante.