Valverde vigila de cerca a los que menos participan
Mascherano fue titular un partido y Aleix desapareció
Es un tío muy cercano, una persona con la que se puede hablar, que le agrada dialogar y al que los futbolistas respetan en todos los sentidos”. Una voz experimentada del vestuario del Barcelona pone algo de luz a la personalidad de Ernesto Valverde en la intimidad, allá donde los focos no llegan y sólo los privilegiados son capaces de ver lo que sucede día a día. Con una carga de partidos importante en este tramo de campeonato, el entrenador extremeño parece haber encontrado un equipo de gala, un once que los culés recitan de carrerilla y en el que chirría la ausencia de futbolistas que fueron importantes o muy importantes en el pasado.
Javier Mascherano sólo ha jugado un partido de Liga y uno de Supercopa (la vuelta en el Bernabéu) en lo que va de campaña. Aleix Vidal no ha sido convocado en los dos últimos choques de Liga y para el estreno en Champions. Sergi Roberto, como André Gomes (pese a lesionarse los dos), entienden que la competencia es mayor en la plantilla que la pasada campaña y las apariciones, hasta el momento, no han sido las deseadas. Algo parecido sucede con Paulinho, uno de los fichajes para la temporada (40 millones) que aún no fue titular o Deulofeu, al que la aparición de Dembélé podría no ayudarle mucho para seguir jugando de inicio. Valverde es consciente de ello, pero eso parece no preocupar. El entrenador tiene armas y experiencia para ir manejando sin sobresaltos la situación.
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Visiones. “Comenta muchas cosas con los futbolistas, durante la sesión como de manera privada, una vez todos están en la ducha. Charla y eso ayuda a entender situaciones. Todos saben que queda mucha temporada por delante”, aseguran desde la Ciutat Esportiva. En Bilbao, donde estuvo los últimos años, el mensaje es similar: “Es una persona tan sencilla que lo que te dice se acaba cumpliendo y al final reparte minutos como lo cree oportuno y necesario: todos tiene su cuota importante de protagonismo”. A su vez, en el Espanyol sigue acordándose de él. Pocos olvidaron los dos cursos que el ahora entrenador del Barça estuvo en Montjuïc. “Es tan bueno en lo suyo, tan humilde y cercano que es casi imposible que nadie se ponga en su contra”, dicen. Aún así, Valverde vigila de cerca a los que menos participan.