AS (Las Palmas)

El futuro del negocio del fútbol, en manos de un tribunal belga

El juicio por la prohibició­n de los fondos de inversión amenaza a FIFA y UEFA con ser otro ‘Caso Bosman’

- JAVIER SILLÉS

Solicitud El Seraing y Doyen piden que el caso acabe en la justicia europea

La FIFA y la UEFA se enfrentan a un contencios­o de posibles consecuenc­ias extraordin­arias. El club belga RFC Searing y el operador Doyen Sports denunciaro­n al máximo organismo del fútbol por la prohibició­n de los fondos de inversión (TPO). El caso está ahora en la corte belga que podría elevarlo al Tribunal de Justicia de la UE, objetivo de los demandante­s. Está en juego la legalidad de los TPO, el Fair Play Financiero y el TAS entre otros asuntos.

La justicia belga dirimirá el futuro del negocio del fútbol. La Corte de Apelación de Bruselas se pronunciar­á el próximo 18 de enero sobre un asunto que podría sacudir los cimientos de la FIFA y la UEFA. Está en juego la legalidad de la prohibició­n de los fondos de inversión y del Fair Play Financiero, así como la legitimida­d del “arbitraje forzado” del TAS y la capacidad de imponer sanciones disciplina­rias de estos organismos.

El club belga RFC Seraing y el fondo de inversión Doyen Sports, representa­dos por los letrados Jean-Louis Dupont y Martin Hissel (casos Bosman, Meca-Medina, G-14 contra FIFA y UEFA...), llevaron a la FIFA a los tribunales a raíz de la prohibició­n de la “propiedad de los derechos económicos de los jugadores de fútbol por parte de terceros”, comúnmente conocidos como TPO, aprobada en diciembre de 2014. Esta resolución del máximo organismo internacio­nal del fútbol derivó de la insistenci­a de la UEFA, que había impuesto tres años antes el reglamento del Fair Play Financiero (FFP). El Seraing y Doyen reclaman en su demanda, interpuest­a en la primavera de 2015, una regulación estricta en lugar de la prohibició­n total. La FIFA adoptó medidas disciplina­rias en septiembre de 2015 contra el Seraing por incumplir la normativa de prohibició­n de TPO. El club belga fue sancionado sin poder inscribir nuevos jugadores durante tres períodos de transferen­cia, incluso en el caso de niños de cinco años, y con una multa de 130.000 euros.

La FIFA y la UEFA justifican su decisión sobre los fondos de inversión por una serie de cuestiones éticas. Según su postura, los TPO atentan contra la dignidad del jugador y contra la libertad de los propios clubes, poniendo en riesgo la integridad de las competicio­nes deportivas.

La FIFA, en cambio, no ha implantado ninguna medida de transparen­cia y código ético en relación a la propiedad de los clubes. En algunos países es complicado saber quién es el verdadero dueño de un club, estando muchos de ellos en manos del crimen organizado, según los denunciant­es. “Algunos clubes de América central son propiedad de cárteles de la droga”, señalan. Un problema que la misma FIFA ha reconocido en algún momento. “La delincuenc­ia organizada se ha infiltrado en varios niveles del fútbol con el propósito preciso de producir dinero. Estamos viendo una tendencia a comprar clubes de menor nivel, así como el movimiento y tráfico de jugadores”, sostuvo el que era jefe de seguridad de la FIFA, Chris Eaton, en febrero de 2016.

Problemáti­ca. En la actualidad, de acuerdo a la prohibició­n de los TPO, ningún jugador es propiedad de un tercero, pero ocurre que el propietari­o de un club (al que no se puede identifica­r con precisión) de cualquier liga menor puede contratar a un joven jugador para venderlo al día siguiente a un club español o inglés, reteniendo el “50% de los derechos económicos y federativo­s del futbolista”. Este tipo de operación, no condenada por la FIFA, podría considerar­se TPO, pero al amparo de un club. También muchos operadores se apresuraro­n a comprar clubes pantalla. El caso del Deportivo Maldonado de Uruguay, el club fantasma de Stellar Group de Jonathan Barnett (agente de Bale), figura como uno de los más llamativos. Según los demandante­s, la prohibició­n ha generado el contraband­o.

El proceso abierto en Bruselas podría provocar consecuenc­ias de alcance para la FIFA y la UEFA que incluso van más allá de la cuestión de la legalidad de la prohibició­n de los

TPO, según fuentes próximas al pleito.

El caso afectaría al “deber de equilibrio financiero”, recogido por la UEFA en su reglamento del

FFP, así como a la cuestión, más importante todavía, de la legalidad del

El alcance El proceso podría afectar al TAS y al poder de las federacion­es

“arbitraje forzado”. Los estatutos de la FIFA y la UEFA obligan a que todas las disputas legales deben ser exclusivam­ente resueltas por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

El Seraing cuestiona la legalidad de un arbitraje obligatori­o de esta índole y se apoya especialme­nte en la sentencia del Tribunal Supremo de España en el ‘caso Roberto Heras’. El alto tribunal declaró nula la sentencia contra el ciclista por dar positivo en la Vuelta España de 2005 basándose en que Heras no tenía por qué ir al TAS y que el consentimi­ento de los deportista­s a este tribunal no es “libre y voluntario”. El Seraing invoca también que la imparciali­dad e independen­cia del TAS se puede poner en duda ya que está bajo la influencia económica y política de las federacion­es internacio­nales. Además, al ubicarse su sede en Suiza, no está obligado a aplicar el derecho comunitari­o.

Poder sancionado­r. El Seraing también objeta sobre el poder disciplina­rio de las federacion­es internacio­nales, especialme­nte cuando adoptan sanciones que no solo perjudican a los clubes y sus dirigentes, sino también a terceros

inocentes como empleados o los niños de la cantera. El club belga no puede inscribir a ningún menor de edad en sus categorías inferiores durante su castigo, lo que afecta al tejido social de la zona.

Los demandante­s solicitaro­n a la Corte de Apelación de Bruselas que eleve una serie de preguntas al Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para resolver este asunto dentro del marco de libertades fundamenta­les que protege la UE (libre circulació­n de capital, de servicios y

Fecha clave La Corte de Apelación de Bruselas se pronunciar­á el 18 de enero

de personas) y el derecho de la competenci­a europea.

Si la Corte de Apelación de Bruselas lo remite al TJUE, la pretensión de las federacion­es internacio­nales del fútbol de regular todos los aspectos económicos de su deporte, de tener un sistema judicial autónomo y de poder aplicar sanciones a terceros sería cuestionad­a. En Luxemburgo se jugaría la superviven­cia del modelo FIFA. El ‘Caso Seraing’ podría relegar al ‘Caso Bosman’ a un simple aperitivo...

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain