Las dos frases sobre las que se reconstruyó el Barça en agosto

Piqué se sintió “inferior” y Valverde se rebeló. No han vuelto a perder

El Barça parecía no ver el fondo en agosto. El adiós de Neymar tuvo un impacto moral terrible en el grupo. El club tampoco había sido capaz de fichar a Verratti ni a Coutinho y la brecha entre jugadores y directivos se agrandaba. Messi ‘pasaba’ de firmar su renovación porque quería refuerzos de calidad y se mascaba una moción de censura de Benedito. Para colmo, el Madrid fue una avalancha en la Supercopa. Joven y fresco, con Asensio e Isco desatados, la vitalidad del Madrid contrastó con el decaimiento de un equipo aburrido, triste y depresivo que parecía desahuciado. Un año difícil por delante. Nadie expresó mejor que Piqué la sensación del barcelonismo. “Por primera vez en nueve años que llevo aquí, me siento inferior ante el Madrid”. Eso en público. En privado, las cámaras le habían captado maldiciendo en el banquillo: “Nos están metiendo un baile estos tíos, me cago en la puta”. Sólo cuatro meses antes, en abril, les había gritado a sus compañeros en la piña del 2-3: “¡Somos infinitamente mejores!”.

Esa misma noche, Valverde hizo de contrapeso. Curioso contrapunto. Piqué había sacado bandera blanca. El Txingurri, más prudente por norma general, proclamó en la sala de prensa del Bernabéu. “El Madrid no es invencible. Perderá”.

Quien no cae desde entonces es el Barça. Salvó los primeros partidos de Liga (Betis y Alavés) con un perfil bajo. Y pese a un nuevo golpe (el KO de Dembélé), fue cogiendo confianza. 3-0 a la Juventus, coraje para remontar en Getafe con Paulinho ya convertido en líder silencioso. Así hasta superar con notable la pruebas de Valencia, Atlético y Juve (en Turín) y con sobresaliente las de San Mamés y Villarreal. Las frases de Piqué y Valverde convergieron en un equipo al que aún le quedaba fútbol y que ha recuperado ética del trabajo e inercia ganadora.