El Madrid también gana con Doncic descalificado
Brillaron Tavares y Campazzo Novena derrota seguida del Valencia
El Madrid ganó uno de esos partidos en los que la dificultad crece al mismo ritmo que la necesidad. Enfrente, el Valencia Basket otra vez de más a menos, a mucho menos. Fundido por las bajas y porque siempre reman los mismos. Novena derrota seguida, en caída libre. El Madrid, en cambio, encontró ante el Murcia en Liga, en aquel partido con prórroga, el punto de inflexión y sube como la espuma a pesar de los contratiempos. Cinco jugadores firmaron 12 o más puntos y otros dos añadieron 9. Recupera el balance positivo (7-6) para ascender a la séptima plaza, que parece poco pero es mucho en una Euroliga tan cara.
Antes del descanso, Laso contaba hasta cinco lesionados junto al banquillo y a Doncic expulsado por la suma de una antideportiva y una técnica. La dificultad del reto se redoblaba para su equipo frente al campeón de Liga, un Valencia que ya había armado su reacción antes de que Doncic desfilara a patada limpia por el túnel.
El esloveno había visto venir a Pleiss en un contraataque y sacó el brazo para protegerse en el salto. Golpeó al alemán en el entrecejo, pero los árbitros señalaron falta al pívot del Valencia, que sangraba abundantemente. Acudieron al vídeo para ver si era antideportiva o no de Pleiss, lo que permite el reglamento, pero al contemplar la repetición cambiaron la decisión (?): antideportiva de Doncic y técnica a Vidorreta. Era el minuto 11 y cinco después Doornekamp le sacaba la falta de ataque al base blanco. El esloveno reclamó un agarrón previo de Vives y los dos bases se picaron. En uno de sus gestos, y en plena discusión, Doncic señaló el escudo del Madrid en su camiseta y… técnica. Descalificado y al vestuario. Camino de la ducha, en el túnel, soltó dos o tres patadas a la estructura.
El público rugía contra los árbitros y San Emeterio empujaba: 33-34. Había un partido nuevo y lo devoró el Madrid con un parcial de 48-31 y Tavares de MVP al tiempo que Dubljevic y San Emeterio se diluían. De 26 puntos entre ambos a solo tres luego. De 8 de 12 en triples a 3 de 13. El Palacio, enardecido, hizo de la adversidad virtud. El Madrid sacó de rueda al rival con Tavares y con un Thompkins poderoso en el rebote, mientras las asistencias las ponía Reyes. Y un magnífico Campazzo, capitán con mando en plaza.