El Rayo acaba 2017 con un gran triunfo en Lugo
Los franjirrojos se acercan a la zona de ascenso directo
Aveces las derrotas esconden lecciones, y el Lugo debería extraer varias tras caer ante el Rayo. La primera es que por mucho que se hable de equipo revelación, si no se sale con intensidad a los partidos cualquier rival te puede pasar por encima. La segunda, que hay que tomarse el oficio en serio y no como lo hizo Fydriszewski cuando, con 1-2 en el marcador y un penalti para empatar, decidió sacar a pasear su supuesta facilidad para lanzar a lo Panenka y terminó sin gol, sin empate y haciendo un ridículo bochornoso lanzándolo alto. Un final esperpéntico que cerró un partido para olvidar de los locales y que lanza al Rayo a la lucha por el ascenso directo en su mejor momento de la temporada.
Todo lo contrario se puede decir de un Rayo que llegó a Lugo con una idea clara, que además ejecutó a la perfección. A los tres minutos y ante la caraja local, Unai López, que estuvo superlativo, ya adelantaba a los franjirrojos. A los nueve de la segunda parte, De Tomás hacía el segundo ante la pasividad de una defensa rojiblanca. Entre los dos goles, oficio vallecano e impotencia lucense. Un bloque, el de Míchel, que manejaba los tiempos a su antojo ante un Lugo que no era ni la sombra del que se llevó por delante a la Cultural hace 15 días. El bajón era tal que ver cuatro pases seguidos era milagroso.
Luis Ruiz, de lo poco salvable de los locales, marcó de un potente disparo en el 56 y el Lugo pareció despertar, agitando el partido con más corazón que cabeza. Pero cuando naces martillo del cielo te caen los clavos, o eso dicen, y el partido estaba para el Rayo, al que la última ayuda le llegó de quien menos lo esperaba, Fydriszweski. El Polaco, que quiso emular a Panenka y acabó ejecutando un horror tal que ni siquiera vio portería. El Rayo se llevó tres puntos más que merecidos ante un Lugo que no se pareció al que estaba maravillando en Liga.