AS (Las Palmas)

Demasiadas vacaciones para el fútbol

En Inglaterra lo han convertido en un negocio global que no conoce respiro

- POR JUAN CRUZ

En España Los hay que no se acuerdan de cómo iba la Liga cuando paró el día 23

EI fútbol español está organizado por burócratas bien pagados a los que les gusta que no les perturben las vacaciones. Por eso resultan tan proclives la Federación y LaLiga a desperdici­ar ocasiones propicias para que la gente, la mayor y la más chica, vaya al fútbol.

En las Navidades España desenchufa del fútbol profesiona­l. Mientras en Inglaterra hay verdaderos atracones del deporte que allí nació, entre nosotros hay algunos torneos infantiles o juveniles y el fútbol de adultos se arrumba en la rumorologí­a. La diferencia entre los ingleses y nosotros tiene que ver también con el carácter de ambas sociedades: los ingleses han convertido el fútbol en un negocio global que no conoce respiro, mientras que en España el negocio del fútbol es un asunto perezoso, propio tan sólo de los días laborables.

Eso explica el abismo que hay, desde el punto de vista comercial, entre ambas ligas. Estas Navidades, por ejemplo, aquí se paró todo el día 23 de diciembre, y se reanuda a medio gas a mediados de esta semana; diez días o más sin que el fútbol ruede. Malo para los equipos y sus entrenamie­ntos, malo para activar el gen principal de LaLiga, el espectácul­o, y malo, por supuesto, para los espectador­es, que podrían multiplica­rse en fechas tan señaladas, tan familiares y de tanto asueto consumista.

El fútbol es, como los periódicos que informan de lo que pasa, como las television­es o las radios que lo retransmit­en, un elemento de alto consumo. Y si en el momento más importante del consumo en España privamos a masas enteras de espectador­es de su objeto de asueto y deseo ya se sabe lo que pasa: la gente consume otras delicias.

Es la consecuenc­ia de cuando el fútbol se activaba cuando le venía bien al Régimen anterior, no cuando había más gente para verlo, sino cuando le daba la gana a las autoridade­s, más proclives a pensar en los intereses de su tiempo libre que de ocupar el tiempo libre de los aficionado­s. Por eso ahora la gente volverá a los estadios para reubicarse. Después del 23 de diciembre la tensión se ha debilitado. Recuperar ahora el ritmo es como reequilibr­ar el estado de ánimo de los que ya no se acuerdan de cómo iba LaLiga cuando echaron a dormir el fútbol español de los grandes campeonato­s. Mientras tanto, Piqué le hizo una entrevista a

Neymar, por ejemplo, y Benzema se lesionó sin ton ni son. Pero de fútbol no ha habido nada en la llamada Mejor Liga del Mundo.

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