El vestuario sí cree en la remontada en el Pizjuán
Conjura atlética: no preocupa el ambiente y se agarra al efecto Costa
EI 1-2 del miércoles fue un jarro de agua fría en el Atlético. Por inesperado, porque la Copa ilusiona, porque con Costa todo pinta mejor, porque en el Wanda sólo había podido ganar el Chelsea y en el último suspiro... El resultado es malo y los antecedentes no invitan a la esperanza, pero tanto la afición como el vestuario salieron convencidos de que la machada en el Pizjuán (martes, 21:30) sí es posible. “No es la primera vez que hemos ido a Sevilla y hemos ganado”, lanzó Juanfran, uno de los más optimistas siempre. Simeone envió el mensaje de que aún queda mucho por jugar. El sentir del grupo es que primero hay que ganar mañana al Girona y luego, ¿por qué no?
Los precedentes con 1-2 dicen que está muy complicado, así que el Atleti, habituado a ganar 1-0, tendrá que cambiar el chip: toca marcar dos goles, pero el partido será largo. El reto similar que tiene el equipo en mente es de la pasada semifinal de Copa ante el Barcelona. En la ida cayó el Atleti también 1-2 y fue al Camp Nou a comerse al equipo de Luis Enrique. El partido acabó 1-1 y los de Simeone quedaron eliminados, pero pusieron contra las cuerdas al rival: un gol mal anulado a Griezmann, un penalti al larguero de Gameiro, 13 remates... También se quedó a medias el Atleti en la Champions, cuando tenía que voltearle un 3-0 al Madrid y marcó dos goles en 15 minutos. Aquel reto tenía un obstáculo que no existe en el del Pizjuán: un gol del rival finiquitaba el objetivo. En Sevilla, un gol local podría forzar la prórroga, pues en cualquier caso el Atleti debe marcar dos goles.
Y tampoco asusta al vestuario el ambiente hostil y resolver a domicilio. Incluso ha ganado tres veces en el Pizjuán en sus cinco últimas visitas. Y uno de los mejores partidos de la era Simeone fue el que dio el pase a la final de Champions de 2014. Tras el 0-0 de la ida, el Atleti se la jugó en casa del Chelsea y ganó 1-3, a pesar de encajar primero el gol de Torres.
Aquella noche de Londres marcó Diego Costa y es otro de los factores a los que se agarra la afición. Desde su llegada, el delantero ha marcado tres goles en 245 minutos y sólo ha necesitado seis remates a puerta para ello. El equipo tiene más pegada y, a pesar de los fallos que permitieron la remontada del Sevilla, ha demostrado que si juega concentrado sabe cerrar su portería. Hay argumentos y hay muchas ganas de corregir el borrón de hace dos días. El Atlético se ha conjurado y buscará la gran remontada que le falta en la Simeone. Pero primero toca el Girona.
Esperanza “No es la primera vez que vamos y ganamos”, lanzó Juanfran
Recuerdo Hace un año y tras un 1-2, el Atleti puso contra las cuerdas al Barça