El Monstruo de Leganés
Zidane, como Pellegrini, sufrió un ‘Pepinazo’ histórico El ‘Lega’, de Segunda B a semifinales de Copa en cuatro años y medio
EI27 de octubre de 2009, Pellegrini recibió una estocada mortal con el Alcorconazo. Aquel 4- 0 en Santo Domingo dejó al Ingeniero sentenciado a ojos de Florentino
aún con media temporada por delante. Otro equipo del cinturón sur madrileño, el Leganés,
y en la misma competición, la Copa del Rey, es el Pepinazo que deja a Zidane bajo la espada de Damocles. “Ha sido un fracaso clarísimo para mí”, reconocía el francés. El cargo ya le sabe a hiel.
Zizou sale magullado de la Copa, curiosamente el único trofeo que no ha ganado aún en sus dos años y 22 días como entrenador del Madrid y del que se va en esta edición sin ganar en Chamartín a Fuenlabrada (22), Numancia (2-2) y Leganés (1-2)... Demasiadas peticiones de paciencia al Bernabéu. Con la eliminatoria empatada tras el gol de Eraso, Zizou estaba fuera de sí. Quizá en ese momento ya empezó a barruntar que lo de reservarse a Bale y Cristiano le iba a pasar factura. El primer disparo entre los tres palos fue el 1-1 de Benzema. Aún así, no movió el banquillo hasta el 68’ y con 1-2. Y el gesto de Isco al ser cambiado evidencia que el vestuario se le empieza a escapar.
Para entonces enfrente tenía un equipo crecido, el Monstruo de Leganés que hace sólo cuatro años y medio estaba en Segunda B. Un mes después de
la Décima del Madrid, el Lega le ganaba al Hospitalet el ascenso a la categoría de plata. Ayer se plantó en las semifinales de Copa tras ser el primer club en la historia que elimina al gigante blanco tras perder en la ida en casa. Sus dos bastiones, Garitano y Mantovani, lo cocinaron. Uno desde el atrevimiento, el otro guiando la tropa. “Estoy donde quiero estar, con ustedes, ¡ y vamos a pasar la ronda como nos merecemos!”, fue la arenga del capitán previa al duelo, captada por beIN.
Y a por ello fueron, dejando al Madrid sumido en la depresión a 20 días del PSG. El Madrid sigue quemando puentes hacia los títulos y Zidane dilapidando su prestigio, y el vestuario eleva la apuesta a un nivel casi insostenible. Ganar la Decimotercera en Kiev o poner nombres y apellidos a uno de los mayores derrumbes de la historia reciente del club. Sin término medio.