Nascar: fama de ‘bootleggers’
La Ley Volstead o Ley Seca revolucionó la sociedad de EE UU y disparó el crimen organizado. La 18ª enmienda de la Constitución prohibía la manufactura, venta, transporte, importación y exportación de licores intoxicantes para ser usados como bebida. Las organizaciones mafiosas crearon un negocio ilegal basado en el contrabando y la clandestinidad para suministrar alcohol. Mafiosos como Capone o Flegenheimer campaban a sus anchas y en este violento clima nació una nueva profesión.
Los gánsteres necesitaban transportar sus mercancías escapando de la policía y buscaban conductores habilidosos. Debían huir, casi siempre bajo la oscuridad de la madrugada, pilotando vehículos modificados para correr a gran velocidad pese a soportar mucho peso por lo que a la destreza debía unir finura y suavidad. Fueron los llamados moonshiners o bootleggers que vivieron años gloriosos hasta que la ley se derogó en 1933.
Fin del transporte ilegal... y del trabajo. Y ahí surgió el visionario Bill France, piloto esporádico y dueño de una gasolinera, que tras la II GM logró legalizar las carreras y reciclar alguno de aquellos contrabandistas. En 1947 nació la Nascar, en el Hotel Streamline, y el 15 de febrero de 1948 en Daytona Beach, circuito mitad playa y mitad carretera estatal, celebró la primera carrera. El éxito fue inmediato y el interés sigue vigente 70 años después.