Hyundai Kona una apuesta ganadora
La gama SUV de la marca coreana se amplía con su propuesta más compacta, aunque por sus dimensiones no renuncia a las cualidades de modelos de segmentos superiores
La marca es coreana pero le ha cogido el pulso al mercado europeo a las mil maravillas, incluyendo al boyante segmento de los
SUV. Hyundai ya dio la campanada con el Tucson y ahora puede volver a hacerlo con su hermano pequeño, el Kona. Su tamaño es inferior (4,1 metros de longitud) aunque no así sus ambiciones.
El acierto arranca con un diseño original y atrevido, en el que destacan unos pasos de rueda plásticos que además de proteger la carrocería refuerzan su personalidad. Como complemento, Hyundai ofrece atractivas combinaciones de colores, lo que sin duda valorarán los más jóvenes.
En el interior se mantiene ese atrevimiento cromático, mientras que la calidad general de los acabados es mas que correcta, muy en la línea general de la marca en los últimos tiempos. En el nivel de equipamiento superior Style no falta detalle, con elementos propios de coches de segmentos superiores. La habitabilidad está bastante lograda en todas las plazas para un coche de su tamaño, incluyendo un maletero suficiente para la filosofía del vehículo, que no es precisamente familiar.
El Kona se comercializa por el momento únicamente con dos motores de gasolina, el básico de 120 CV y el superior de 170 CV que montaba la unidad de pruebas. Está asociado a un cambio automático de siete velocidad con doble embra- gue y a un sistema de tracción integral, característica valiosa para aquéllos que quieren salirse ocasionalmente del asfalto, donde se desenvuelve mejor de lo que pudiera parecer.
Aunque donde más sorprende esta versión es en carretera. Su rendimiento es más que sobrado para un coche de su peso y el cambio trabaja con eficacia, con lo que las prestaciones superan con mucho las expectativas para un SUV del segmento B. Eso sí, quien decida disfrutar de todo su potencial (incluso cuenta con un modo de conducción Sport) deberá asumir consumos acordes a esa exigencia, rozando con peligrosa facilidad los 10 litros cada 100 kilómetros. Su aplomo en curva es bueno, gracias a una suspensiones firmes aunque no incómodas.