Un empate en San Mamés que supo a gloria a todos
Golazo de Kondogbia que igualó De Marcos. Aduriz falló un penalti
San Mamés tuvo un momento de alivio, de ver que el muerto revive. Celebró un empate que iba bien a todos. El Athletic siguió su línea de esta temporada: vulgar con los pequeños, soberbio con la nobleza de LaLiga. Al fin exhibió su versión valiente, decidida, robando cerca del área, con apoyos, jugadas al primer toque y gran defensa. Maniató en muchas fases a un conjunto más que notable. ¿Por qué ahora sí? Se vio en la obligación de remontar de nuevo un 0-1, como el domingo ante el Málaga, pero se quedó a mitad de camino, porque este Valencia es otro toro, no el manso colista.
El cuadro che fue un bloque compacto pero pudo faltarle en algunas fases del partido esa amplitud de miras que se exige a todo equipo que demanda una plaza en Champions. Empezó el conjunto local osado sin balón, tirando con energía la presión, y provocó errores tontos del adversario, que le aproximaron a las inmediaciones de Neto. La cosa tardó en coger color. Y todo por mil golpes, faltas, choques y teatros varios en zonas de peligro. En el minuto 22, Kondogbia recibió libre de marca en la frontal del área y coló la pelota como un golfista, tac, junto al poste derecho. Un golazo.
No hubo rendición local, aunque muchos podían esperarlo en un equipo tan deprimido. A los 36 minutos Susaeta fue objeto de un penalti justito y en la misma portería que Arrizabalaga hizo tres días antes un paradón a En Nesyri, le imitó Neto con Aduriz. Un jarro de agua fría para los leones. Marcelino puso sus filas juntitas, en 20 metros, tiró la defensa adelantada y no se interpretó muy bien en el bando enemigo, pues se jugaba frontal.
En la segunda parte los leones, dirigidos por Beñat y con un entusiasta De Marcos, se fueron a por la remontada. Casi lo logran. Primer paso para reconciliación con la grada.