AS (Las Palmas)

Naufragio en Marsella

Un Athletic sin pies ni cabeza entrega la eliminator­ia

- ALFONSO HERRÁN

EI Athletic ya no tiene ni la coartada europea para endulzar esta amargura de temporada. En un despropósi­to absoluto desde el primer minuto, entregó media eliminator­ia ante un Marsella que simplement­e se limitó a aprovechar los regalos y la escasa contundenc­ia defensiva de los leones. La propuesta bilbaína fue lamentable, allí había un fantasma, un equipo entregado, sin nervio. Anda el cuadro de Ziganda en la Liga en estado ruinoso y quiso que todo el continente fuera partícipe de ello. Por eso a los 45 segundos decidió dimitir. Y un desastre tan grosero casi coincident­e con el saque inicial ya no puede ser error del entrenador. Así que cada uno apechugue con sus miserias. Un error en cadena en defensa iniciado por Etxeita, desembocó en una pared entre Maxime López (vaya jugador) y Thauvin para que remachara Ocampos. De Marcos se puso a pedir fuera de juego en lugar de cumplir sus obligacion­es profesiona­les.

Instalado en el sonrojo, el equipo no tuvo problemas para consentir el segundo gol en el minuto 13, con otra cantada de Etxeita por falta de colmillo defensivo. La cortesía la agradeció Payet, que hizo lo que quiso por medio mientras el argentino Ocampos percutía por el costado izquierdo.

Tuvo un amago el equipo rojiblanco de reacción, con un balón profundo a Aduriz que sacó Mandanda con el pie. El partido cayó en la apatía. El OM interioriz­ó que la eliminator­ia se sacaba por deméritos de los de enfrente. El pulso se despertó con una jugada en la que al Athletic se le apareció a Virgen de Begoña: Rami se giró en un disparo enemigo y el balón le golpeó en el codo, que lo tenía pegado al cuerpo, y encima estaba girado. El árbitro no vio nada pero el juez de área le confundió. Penalti protestado con razón que convirtió Aduriz con un leve Panenka. Central y delantero, dos antiguos camaradas en Mestalla en la campaña 2011-12, sonreían poco después tras la miopía del auxiliar.

Esa historia estaba vista. Un Athletic almibarado, hasta empalagoso de puro dulzón que era para el enemigo, obtenía un botín muy por encima de sus méritos. Pero el juez del fútbol condenó esta vez el amiguismo de la línea defensiva con los atacantes marsellese­s. Thauvin continuó con el estropicio cediendo a Ocampos, otra vez en fuga con un De Marcos desconocid­o, para hacer el 3-1. Bilbao deberá rezar por un milagro.

Penalti Se lo inventó el juez de área y sirvió a Aduriz para maquillar

 ??  ?? INAPELABLE. Así marcó Payet el dos a cero para el Marsella, con una volea en la que Herrerín se vio vendido.
INAPELABLE. Así marcó Payet el dos a cero para el Marsella, con una volea en la que Herrerín se vio vendido.
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