La decisión de Zidane orientó al Madrid
Tomó pequeñas resoluciones que acercaron a su equipo al triunfo
Trabajado. El Madrid salvó una visita comprometida a base de genio competitivo y con el seguro de vida que es Cristiano. No fue una mañana para el lucimiento general, pero Zidane administró ciertos detalles con acierto.
Capacidad para sufrir. Le costó al Madrid salir airoso de la presión entusiasta del Eibar. Se vio forzado a jugar en largo para minimizar errores y el balón le esquivó (40% de posesión en los 15 minutos iniciales). Resistió. ■ Con los laterales. El 4-4-2 en rombo del Madrid propició que Modric y Kroos tuvieran que fijar a los laterales del Eibar. Se ajustaron con corrección en las vigilancias. ■ El hueco. Bale, lúcido en la izquierda, y Cristiano se abrían a los costados para hallar el espacio entre el lateral y el central del Eibar de cada lado. Era lo adecuado.
La medular. La mano de Zidane se notó en el cambio de pose posterior. Casemiro, Modric y Kroos se estabilizaron en campo rival. El croata intuyó el pase de Arbilla y generó un gol de la nada. Su posicionamiento fue clave.
Movimiento. Con Isco ausente, Zidane atinó también al sacar a Lucas. No es que estuviera fino, pero su agitación siempre tiene efecto. Recuperación entre él y Carvajal y jugada acabada por Cristiano, reparador de entuertos.