AS (Las Palmas)

Larrea vs Rubiales: hay partido en la FEF Pronóstico­s Clubes profesiona­les y árbitros, con Larrea; mayoría de Rubiales en el resto

El sucesor de Villar saldrá de su aparato y hay máxima igualdad

- LUIS NIETO MADRID

Lalarguísi­ma secuencia que arrancó con la detención, suspensión y destitució­n de Ángel María Villar como presidente de la Federación, acusado de corrupción entre particular­es, apropiació­n indebida, administra­ción desleal, falsedad documental y alzamiento de bienes, concluye el 9 de abril. El mismo cuerpo electoral que le reeligió por octava vez en mayo del año pasado decide su heredero entre dos candidatos surgidos de su propio aparato federativo: Juan Larrea (65 años), empleado de banca jubilado y durante 30 años tesorero de la Federación, y Luis Rubiales (40 años), exfutbolis­ta profesiona­l, abogado, expresiden­te del sindicato de jugadores (AFE) y miembro de la junta federativa desde 2010. Todos los pronóstico­s apuntan a un escrutinio ajustado. Son 139 miembros con derecho a voto y 70 apoyos garantizan el triunfo. Ambos candidatos creen tenerlos.

Rubiales y Larrea viajaban juntos hasta el pasado 18 de julio. Villar pensaba en el primero como delfín. Era la transición dulce a la que aspiraba el Gobierno, que había prescindid­o de Miguel Cardenal como secretario de Estado para el Deporte y azote de Villar, en favor de José Ramón Lete, menos combativo. El propio Tribunal Administra­tivo del Deporte (TAD), dependient­e del CSD, había rechazado las alegacione­s de Jorge Pérez, exsecretar­io de la FEF, que pedía una repetición de las elecciones a la asamblea por presuntas irregulari­dades. El plan era darle una salida honorable a Villar. Larrea sólo pensaba entonces en la tesorería.

Sin embargo, la detención de Villar por el conocido como Caso Soule provocó su suspensión por un año y la designació­n de Larrea como presidente provisiona­l por ser el miembro más antiguo de la junta. Pero Villar se negaba a dimitir. Y una mesa del fútbol, auspiciada por el CSD, apuntó a la moción de censura como desatascad­or. Dio el paso Rubiales. Y Larrea, que primero no iba más allá de la interinida­d y después condicionó su continuida­d a la falta de otro candidato, abrazó la

Programas El VAR, los árbitros, la Copa, la mujer y el reparto del dinero, en el debate

idea de acudir a una contienda electoral. La destitució­n de Villar en diciembre por vulnerar su neutralida­d en las elecciones acababa con la posibilida­d de la moción de censura y abría paso a las elecciones.

El TAD dio entonces un nuevo golpe de timón y elevó un recurso al Consejo de Estado para conocer si procedía repetir las elecciones a la asamblea. El 2 de marzo este órgano dio por buena la cámara del fútbol que eligió a Villar y se abrió la carrera electoral a la presidenci­a.

Rubiales presentó sus avales el 8 de marzo. No reveló cuántos (se requerían 21) porque cree que se filtraron intenciona­damente los nombres de los 88 que le apoyaron en su intento de moción. Aseguró haber recibido 87, pero entregó alrededor de 35. Larrea, un día después, presentó 70. El tercer hombre, influyente pero no elegible, es Javier Tebas, presidente de LaLiga, en campaña pro Larrea. “Rubiales no puede ser presidente”, ha repetido en los últimos meses. Las dos huelgas convocadas por la AFE bajo su presidenci­a no han cicatrizad­o. Rubiales cree que LaLiga trabaja para la candidatur­a de Larrea y para éste serán los 20 votos de los clubes profesiona­les y los 11 de los árbitros.

Los cálculos. En un escenario cambiante y con mayorías más o menos ajustadas, Rubiales tendría de su parte a las Territoria­les (11 a 8, según las últimas conversaci­ones, incluidos los siete presidente­s que han de declarar ante el juez), a los entrenador­es y al fútbol sala. Y hay una situación de equilibrio en los clubes no profesiona­les. Larrea cree contar con 75 votos, aunque este escenario sólo le reconoce 66. Rubiales, que en este sondeo rondaría los 60 apoyos, considera que los indecisos y los tapados decidirán su victoria. La opción de que un mismo asambleíst­a pudiera avalar a los dos candidatos no ayuda en la predicción.

La Roja está al margen de la contienda. Lopetegui es el selecciona­dor de uno y de otro. El arbitraje, en cambio, está en el centro del debate. Larrea, que piensa en Velasco Carballo como su presidente del colectivo, tiene pactada con Tebas la inclusión del VAR. Rubiales, partidario del Ojo de Halcón, rechazado por LaLiga, cree que deben decidir los árbitros. Larrea apuesta por una remodelaci­ón de la Copa, por una mayor presencia del Madrid en la vida federativa y por una normalizac­ión de relaciones con CSD y LaLiga. Rubiales, por una independen­cia federativa, por un mejor flujo de ingresos hacia la base de la pirámide y por la promoción de la mujer (“No entiendo cómo no ha habido hasta ahora una vicepresid­enta”) y del fútbol sala. Larrea enarbola la bandera de la estabilida­d hasta 2020 para emprender luego la retirada. Rubiales pretende simbolizar la modernidad y el medio plazo (“No estaré ni dos años ni treinta”). Contravini­endo la costumbre de tres décadas, hay partido y se juega el 9 de abril.

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UNA ASAMBLEA DIVIDIDA. Los mismos que eligieron a Villar por abrumadora mayoría (112 votos a favor, ninguno en contra) están ahora divididos entre dos conocidos de la casa: Juan Luis Larrea a y Luis Rubiales.
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