La primera vez de Nacho
El canterano no se había lesionado nunca en su carrera como profesional ● Sufrió un pinchazo en el isquiotibial
Quedan 76 días para que España debute en el Mundial de Rusia. Pero cuando Nacho pidió el cambio ayer en el minuto 29 se le vino el mundo abajo. Tenía cara como si se le hubiera incendiado su casa, como si el Portugal-España fuera a celebrarse la semana que viene... Puede que esa cara de preocupación no la tuviera desde el año 2002, cuando tenía 12 años y no pudo jugar con los infantiles del Madrid un torneo porque una doctora le dijo: “Se te acaba el fútbol. Eres diabético”. Pasó tres días infernales hasta que el doctor Ramírez le explicó todo lo contrario. “Me dijo que era obligatorio hacer deporte”, recuerda Nacho. Desde entonces se forjó como un futbolista de hierro: desde ese mismo año, en el 2002, cuando sufrió un pequeño esguince de tobillo, no se había lesionado nunca. Jamás. Hasta ayer...
Por eso fijaba la mirada en el suelo desde el banquillo, con la toalla en la cabeza. Una lesión le paró en seco, pero su cabeza iba a mil por hora. Los fantasmas de la preocupación y la frustración atormentaban sus pensamientos. “Es buena señal que no se quitara la bota nada más salir del campo”, decía Álvaro Benito en Carrusel Deportivo, que de lesiones sabe un rato con nueve operaciones en su historial clínico. “Vamos a esperar a hacer las pruebas y a ver si es poco. No está contento. Se encuentra incómodo. Es en el isquiotibial, detrás de la rodilla, y ojalá sea poco. Por precaución salió del campo”, lamentaba Zidane. Era la primera vez que Nacho Fernández experimentaba esas sensaciones. Con 12 años convirtió el problema en virtud: “Cuido mi cuerpo tres veces más que una persona normal, pero ser diabético no me impide hacer todo lo que quiero”. Aunque ayer ese pinchazo muscular provocó la reacción más humana (la de la preocupación) al futbolista más normal (sin peinados extravagantes, sin tatuajes, que vive en su ciudad de toda la vida, en Alcalá de Henares...). Y eso extrañó a todo el mundo. “Nos preocupamos al ver su reacción, pero a ver su evolución”, suspiraba Lucas Vázquez. De momento, parece casi seguro que no estará en Turín. “Sabemos cómo es, que no se lesiona nunca y siempre está disponible. Esperemos que no sea nada”, comentaba su sustituto, Achraf. Nacho y todos sus compañeros hacen fuerza para que mañana, cuando le hagan la resonancia, aparezca ‘otro doctor Ramírez’ y le diga que el susto de ayer no era para tanto...