Leganés y Valencia se retan por orgullo, no por objetivos
Ambos tienen casi resuelto el curso. Histórico dominio che
Recién inaugurado el tramo Aragonés (esos diez últimos partidos de Liga en los que, decía El Sabio, se jugaba lo importante), vagar en la clasificación por una zona de nadie conceptual, sin objetivos fijos por los que pelear o de los que huir, es lo más parecido a perderse en la absoluta nada. En esas andan Leganés y Valencia. Y tan felices que son.
El Leganés, porque con 36 puntos ya acaricia la salvación, más aún después de la derrota que ayer cosechó Las Palmas frente al Madrid. Meritazo que para un humilde como son los pepineros resulta equiparable a ganar un título. El título de la permanencia. Jamás lo verán expuesto en ninguna vitrina, pero alegra como el que más.
El Valencia también tiene mucho que festejar por no tener mucho por lo que pelear. Su ventaja sobre el Sevilla es un abismo suficiente para dar por (casi) seguro que los che retornarán a la Champions. Una confianza que se cimenta en una racha pétrea. Con siete partidos consecutivos sin perder, el equipo de Marcelino es, tras el Barça (29), el que más tiempo lleva sin conocer la derrota en Liga.
Dato optimista que sumar al histórico de los duelos frente al Lega. Cinco veces se han visto las caras y todas terminaron en victoria del Valencia. Tanto batacazo duele en la honra de un Garitano que ha inoculado en los suyos el virus del orgullo para no dejarse llevar. Desfacer este rosario de afrentas che es el primero de sus objetivos en lo que resta de curso.
El de Bergara (regresa tras sus dos partidos de sanción) apostará por su once de gala con la duda de El Zhar. Si juega, podría sentar a Beauvue. Marcelino recupera a Mina, aunque será suplente. Los internacionales Parejo y Rodrigo liderarán el once visitante.