FC Español, medio siglo de Furia y tiqui-taca en Múnich De moda La nueva oleada migratoria ha revitalizado con calidad al equipo
Fundado en 1962, es el decano de los equipos de emigrantes en Múnich
Con la llegada de la primavera, los campos municipales de Múnich son un hervidero de gente los fines de semana. El que está en Graubündener Strasse no es una excepción. Allí tiene su casa el FC Español, el equipo de los emigrantes españoles fundado en 1962. Entonces se llamaba TSV España. Ha logrado sobrevivir más de medio siglo hasta revitalizarse con esta nueva oleada migratoria provocada por la última gran crisis. Los familiares y amigos de los jugadores se relacionan en torno al campo, circula la cerveza, la buena conversación y alguna tortilla de patatas… “Los partidos, en los años 70 y 80, se convertían en auténticos acontecimientos”, rememora Juan, oriundo de Córdoba, uno de los primeros jugadores de aquel TSV España de los 60. Juan se ha ganado la vida como mecánico de la BMW. Entre 1960 y 1973, un total de 600.000 españoles emigraron como él a Alemania, que firmó acuerdos parecidos con Italia, Grecia, Portugal o Turquía. Hoy, equipos de todas esas nacionalidades salpican las Ligas regionales de Múnich.
Pero aquel TSV España es el decano. Fue el primero creado por emigrantes. En los 90 sufrió un cambio de nombre hasta convertirse en el FC Español después de que se fusionara con el Centro Español, en aquellos años, el potente organismo que aglutinaba a todas las familias desplazadas. “Era un ambiente muy familiar. Nos juntábamos. Y éramos muchos. Hoy los jóvenes funcionan de otra manera, se mezclan con la cultura local, se integran, viven la vida…”.
Ahora, el FC Español vuelve a estar de moda. Leo (jugó tras la fundación y ahora es su presidente), el manager Christian (nacido en Alemania pero de padre orensano y madre granadina que terminaron trabajando para la Siemens en Múnich en los Juegos del 72) y los nuevos directivos han sabido darle el impuso que necesitaba. Y vuelve a haber materia prima. Nos lo cuenta Garci, de Chiclana, que llegó hace ocho años para aprender el idioma y se quedó porque explotó la crisis. “Cuando yo entré en ese vestuario casi sólo se hablaba alemán. Eran hijos de españoles pero nacidos aquí”. Ahora se vuelve a hablar español. “Este año vamos a por el tercer ascenso. Está casi hecho. Ha venido gente muy buena, como Charli y Kevin, dos chavales que llegaron a jugar en Las Palmas B. O Juan, de Córdoba, que está de Erasmus y que jugó en la División de Honor con el Séneca. Hay algún chico ecuatoriano muy bueno… Y todo con la base de estos años, la de los dos ascensos”. Tener ese objetivo a la mano es una motivación, pero hay otra más fuerte, la de seguir juntándose como cada fin de semana desde hace más de medio siglo.
UN TRÍO DE LA PRIMERA ÉPOCA
Juan (exjugador), Leo (presidente y técnico) y Carlos Echeverría, miembro de la primera Junta, posan para AS. “Intentamos echar una mano al que lo necesita”, dice Leo, “somos algo más que un equipo”. En concreto hay tres. El primero es el que puede subir a la Kreis Klasse, palabras mayores. Y en el tercero incluso han llegado a acoger a algún refugiado afgano o sirio. Por las instalaciones (dos campos de césped, uno de hierba artificial y la pequeña oficina) pagan 5.000 euros anuales al Ayuntamiento.