La afición llevaba tres años y ocho meses sin celebrar un título Final en Lyon y la afición en la calle, rumbo a Neptuno...
Miles de personas celebraron la tercera Europa League
Kuipers pitó el final en Lyon y, en seguida, a 1.240 kilómetros distancia, en Madrid, fue el principio de un camino: el de los rojiblancos a Neptuno. Que hacía 3 años, 8 meses y 23 días que nadie le ponía la bufanda y el invierno ha sido largo, ha sido frío. Pero enseguida, en un rato, la afición lo espantó. El frío. Un sonido bastó. El Atleeeti, Atleeeti, Atleeetico de Madriiiid para celebrar un título, el de Lyon.
En poco tiempo fueron muchos, decenas, los que se concentraron en la plaza a los pies de Neptuno. Todo un reguero de camisetas rojiblancas con el mismo final. La fuente. El Dios. También destino de 25.000 rojiblancos a la vez. Eran los que habían visto la final entre el Atlético y el Marsella en las cinco pantallas gigantes del Metropolitano. Principio de una noche que apuntaba a larga, muy larga.
El siguiente paso, por supuesto, Neptuno. La noche ya se había vestido de infinita. Un cántico empujaba los pies. Ese que ha llenado las bocas y los corazones en los últimos seis títulos del Atleti. Ole, ole, ole Cholo Simeone. El nombre del entrenador estaba en todas las conversaciones. Entre los grupos de amigos. Entre ese padre que agarraba fuerte de la mano a su hijo para mostrarle por primera vez a Neptuno vestido de rojiblanco. La anterior, la de la Supercopa ante el Madrid, era aún muy pequeño, no recordaba. Entre esas amigas que alzaban altas sus bufandas y las gargantas.
El Muchachoooos, hoy viajamos juntos otra veeeez, enamorados del Atletiiii, no lo puedes entendeeeer se mezclaba con los coches que detenían su cuentakilómetros al pasar cerca de la fiesta, y animarla, a golpe de claxon.
Banderas, camisetas, las de ahora, las arañadas, las clásicas, la del doblete. Todas se fueron abarrotando a los pies de Neptuno, que sonreía. Al fin le habían quitado el frío. Este Atleti del Cholo. Otra vez.
Ganas