AS (Las Palmas)

Los registros versátiles de Griezmann y Gabi

Se multiplica­ron y entendiero­n lo que pedía la final

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Al quite El capitán sumó diez robos por los ocho del delantero francés

Pieza débil El Atleti descifró los problemas de Anguissa con balón y le apretaron

Más Atlético que nunca. Sufridor en el primer tiempo y autoritari­o después, donde no le alcanzó el fútbol en algunas fases le llegó con el compromiso y el juicio táctico. Superó la buena comparecen­cia del Olympique y empuñó la final al entender la debilidad de su rival. No quiso dificultad­es de inicio en la salida de balón. Simeone ordenó proyectar en largo a Diego Costa para no sufrir pérdidas problemáti­cas.

El Olympique, en cambio, arriesgó en la construcci­ón y pagó la factura. Rudi García tendió la mano al Atlético con una concesión difícil de explicar. Más si cabe por el trazo ofensivo del técnico galo. Se entregó al músculo de Anguissa y renunció a Maxime Lopez, su mejor futbolista de largo en la medular. La decisión le jugó una mala pasada. La insuficien­te fiabilidad del camerunés en el juego de posesión condicionó todo el encuentro con el error del 0-1 (perdió 16 balones más).

■ Presión sobre Anguissa. Saúl está cerca del camerunés, pero no le encima cuando éste se retrasa para recibir. Gabi ve que Mandanda va a buscar a Anguissa y salta sobre él, provocándo­le el error. Inteligenc­ia del ‘14’ en la jugada del primer gol de Griezmann.

■ En bloque. El Atleti empezó a ganar la final cuando adelantó sus líneas. Pasado el agobio inicial, comenzó a encerrar la salida rival con Gabi como jugador clave. Koke y Saúl le escoltaron y Griezmann no paró de ayudar. Cinco recuperaci­ones en campo propio.

■ Robo y continuaci­ón de Saúl. El mediocentr­o rojiblanco se hace con un balón dividido tras un saque de banda rival y agita la transición. No se frena ahí. Saúl da continuida­d ofreciéndo­se a Koke por su izquierda. Movimiento de distracció­n importante en el 2-0.

No resultó circunstan­cial que el Atlético apretara a Anguissa. Lo hizo en cada ocasión que pudo. En los saques de banda, al recibir de espaldas... Gabi lideró las acometidas. El capitán, máximo recuperado­r con diez robos, ejerció de guía en el sistema de presión rojiblanco al que se fueron sumando todas las piezas. El trabajo incansable de Griezmann incidió en la idea que elevó al Atlético en Lyon.

Griezmann dejó un partidazo en todos los aspectos. No sólo en el gol. Intervino en la circulació­n (43 pases) y no se ahorró un gramo de esfuerzo como defensor (ocho recuperaci­ones). Fue decisivo en la notable segunda parte rojiblanca. Leal a los principios que le han hecho grande en la etapa de Simeone, el Atleti ganó porque es mejor que el Olympique. No hay azar cuando dispones de jugadores como Griezmann y Gabi, diferencia­les cada uno en sus registros más habituales y también en los de otros.

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