Froome toma el Zoncolan y Simon Yates es más líder
La maglia rosa aventaja ahora a Tom Dumoulin en 1:24
Tanta felicidad transmitió Chris Froome al conquistar el Zoncolan como los organizadores del Giro. El británico completó su colección de victorias en las tres grandes: siete en el Tour, cinco en la Vuelta y una en la ronda italiana. También empezó a justificar el fijo de partida con el que RCS le convenció para que participara (se habla de más de un millón de euros) después de dos semanas de caídas y de ceder tiempo.
Sin embargo, a su triunfo se asocia ya un enorme asterisco. Las normas antidopaje le permiten competir pese a su positivo por salbutamol en la Vuelta de 2017, que no conlleva suspensión cautelar. Pero hasta que no se resuelva su caso, con o sin castigo, sus resultados no pasan de provisionales. El Giro se encontró en 2011 en la misma situación con Alberto Contador, desposeído de su título (Scarponi), del Etna (Rujano) y del Nevegal (Nibali).
Como sucede en los puertos de pendientes tan exageradas, los mejores entraron a cuentagotas. Simon Yates, segundo, amplió su diferencia respecto a Dumoulin, que salvó una de las etapas más desfavorables para sus condiciones: la maglia rosa le sacó 37 segundos y se sitúa ahora a 1:24 con la crono de 34,5 km por disputarse. Pozzovivo, a 1:37, y Pinot, a 1:46 están lejos, aunque en disposición de batallar. Froome, quinto a 3:10, acumula demasiada desventaja.
Mientras, Wellens, ganador en Caltagirone, abandonó enfermo. Le honra su negativa a recurrir a una exención médica para continuar en carrera. Credibilidad. Lo que necesita el ciclismo, y no la incertidumbre que se cierne sobre Froome. Si le sancionan, su victoria en el Zoncolan correspondería a Yates, asmático como él… y con otro positivo cerrado con cuatro meses.