“No pasaba nada por decir que prescindían de mí”

Benito Morales habló ayer en la Ser sobre su marcha

Sorprendió días atrás la decisión de la Unión Deportiva de prescindir de este histórico del club, delegado de la primera plantilla los tres últimos años en Primera. “Ayudé a muchos chicos que cometieron errores”, recuerda.

Cuentan los que bien le conocen que Benito Morales nunca pierde la sonrisa, siempre dispuesto a la ayuda de propios y extraños, acaso dispuesto para echar una mano. Cogió en 2015, poco antes del regreso a Primera División, el testigo del tristemente desaparecido José Merino González, otro genio, y además condecorado, en la imprescindible labor de delegado.

En su nieto recién nacido encuentra Morales consuelo a estos días extraños tras consumarse su marcha de Las Palmas. Para colocar en su lugar a Rubén Fontes, hombre muy cercano al presidente, Miguel Ángel Ramírez, el club disfrazó su marcha de jubilación cuando simplemente no quiso contar más con él. “Pensaban que era la mejor manera, pero yo creo que no. No pasaba nada por decir, simplemente, que prescindían de mí”, dijo ayer Morales en Ser Deportivos Las Palmas.

Enojado por las formas, en su bondadoso carácter no queda resquicio para el rencor: “Es mejor no darle más vueltas. Ellos seguirán con su vida y yo, con la mía. Y “amigos que fuimos”. No hay más”.

Ciclo. “Nos podemos jubilar cuando queramos”, advierte acerca de la máscara que quiso ponerle la UD a la decisión de no seguir contando con él. Y añade: “Cumplí un ciclo y me han dado las gracias por mis servicios. No le voy a dar más vueltas porque si lo hago, no descanso”.

Se cierra pues el ciclo de Benito Morales para dar paso al de Rubén Fontes, jefe de producción y responsable de instalaciones de Las Palmas. “Me hubiese gustado que siguiera otro ex jugador”, aporta Morales. Historia viva del club, para él es clave la “experiencia para poder ayudar”: “Sé muy bien lo que hecho durante estos tres años. Además, le he echado una mano a algunos chicos que, por su juventud, cometen errores y se creen que el fútbol va a durar siempre”. “Les hice entender muchas cosas que nosotros sabemos mejor que nadie. Creo que he sido una ayuda en muchos momentos, y para ello es importante tener esa experiencia”, añadía.

“Estaba encantado”. La sosegada voz de Morales se torna firme para dejar claro que la decisión de no continuar en la UD corresponde únicamente al club. “Disfruté de tres años preciosos”, exclama. Y despeja dudas como resolvía los problemas de los jugadores: “No quiero que la gente piense que viví estas tres temporadas en Primera División y que ahora me marcho porque el equipo está en Segunda. Para nada. En Las Palmas estaba encantado y feliz”.

Morales está ahora, como bien dice, “a otra cosa”. Sin rencor. La Unión Deportiva era su vida, y ahora se la da su nieto. No parece, desde luego, un mal cambio.

Sin rencor “Es mejor no darle más vueltas porque si lo hago, no descanso”