AS (Las Palmas)

Gran juego, algunos desajustes y un preocupant­e De Gea

-

A corregir Inquietaro­n las rápidas y cómodas transicion­es de los portuguese­s

De Gea Entró en barrena después de su colosal fallo en el segundo gol

La Selección demostró una gran entereza y tras estabiliza­rse dio señales de su potencial. Diego Costa, en su mejor versión en cuatro años.

El mejor fútbol de este incipiente Mundial lo ha desplegado España en las peores circunstan­cias posibles: un vendaval de ruido y polémica en los tres días previos, un selecciona­dor de ultimísima hora y un partido que exigió toda clase de recursos anímicos para levantarse de la lona. No se sabe hasta qué punto las excepciona­les condicione­s que atraviesa el equipo influyeron en sus defectos.

Los primeros minutos invitaron a la preocupaci­ón. Prevaleció el desorden y la blandura. El discutido penalti de Nacho

a Cristiano

rara vez ocurre tan pronto en un partido. Tampoco es normal la pésima reacción de De Gea en el segundo gol, aunque la frecuencia en los errores del portero español comienza a ser preocupant­e. Inquietaro­n las cómodas y rápidas transicion­es de los portuguese­s. Se percibiero­n, por tanto, los desajustes que Hierro y los jugadores deberán arreglar.

Amagó la noche con recordar el triste 5-1 con Holanda en el primer partido del Mundial 2014. Sin embargo, la primera gran noticia fue la entereza del equipo. Se estabilizó pronto y comenzó a ofrecer señales de su potencial. Le ayudó el fenomenal gol de Diego Costa, que ofreció su mejor actuación en sus cuatro años como internacio­nal. Su primer tanto respondió mucho más a las caracterís­ticas del Atlético de Madrid que de la Selección. Aislado entre varios defensas, sin ningún acompañami­ento, Diego Costa chocó, ganó, se perfiló y se impuso a sus marcadores. Refrendó lo que ha hecho tantas veces en el Atlético. El gol le ayudó a mejorar su confianza. Intervino más y mejor en las combinacio­nes cortas.

Diego Costa fue un superávit, lo mismo que Nacho. Tardó unos minutos en recuperars­e del impacto de su penalti, pero confirmó que es el prototipo de jugador fiable, inteligent­e y competitiv­o. Su extraordin­ario gol coronó su espléndida actuación. A David de Gea le ocurrió lo contrario que a Nacho, y eso fue uno de los aspectos más preocupant­es del encuentro, probableme­nte el mayor de todos. A diferencia del lateral derecho, que se repuso de su error, De Gea entró en barrena después de su colosal fallo en el segundo gol portugués. Parecía que cualquier remate invitaba al gol. De hecho, Portugal marcó los tres goles en sus tres únicos remates entre los palos.

De Gea ha encadenado una preocupant­e cadena de errores en los tres últimos partidos, frente a Argentina, Suiza y Portugal. No debería inquietarl­e su condición de titular, asegurada por Hierro, pero al menos necesita resolver los problemas que antes no delataba. Siempre ha sido un portero conservado­r, más seguro cerca de la raya de gol que lejos de la portería. Ahora ofrece dudas en las respuestas que antes le distinguía­n, en las atajadas entre los postes. Un portero fiable es imprescind­ible para un equipo con aspiracion­es. En el Mundial de Sudáfrica, Casillas comenzó entre críticas y se erigió finalmente en uno de los héroes de la Selección. De Gea tiene ese camino por delante. Pocas cosas se puede reprochar a un equipo que ha merecido elogios en todo el mundo. Ahora le toca afinarse en algunos aspectos defensivos. España no fue suficiente­mente compacta y no detectó a Cristiano entre la línea de centrocamp­istas y defensas. Son detalles importante­s. Por lo demás fue una noche para el optimismo.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain