AS (Las Palmas)

“Los Juegos nos deben ya otra medalla; espero que en Tokio”

Encuentro con Juan Carlos Barcos, presidente de la Española de Judo

- ENRIQUE OJEDA

Como presidente de la Federación Española de Judo, Juan Carlos Barcos expone de entrada que él llegó inesperada­mente en 2005 y que en 2020 lo dejará. “Ya habrá sido suficiente y hay que dejar paso a otras personas”, asegura este navarro (Pamplona, 68 años) que dirige el Comité de Jueces de la Internacio­nal. En palabras suyas, está al frente de la Federación por amistad: “Venía mucho a Madrid por temas de la Federación Internacio­nal, y un día me comentó Alejandro Blanco que él tenía interés en presidir el Comité Olímpico Español y que se necesitaba un presidente para el judo nacional, para reemplazar­le. Y que ese tenía que ser yo. Luego me presenté a las elecciones de 2008, a las de 2012 y a las de 2016. Y ya”.

Tiene una espina clavada como presidente, ya que no ha ganado aún una medalla olímpica: “En mis primeros Juegos había unas enormes expectativ­as, y no hubo suerte. En los segundos nos quedamos a un paso. Y en Río, María Bernabéu tenía el bronce en su mano, a menos de medio minuto para el final, pero se le escapó. Por eso digo que los Juegos Olímpicos me deben, y nos deben, otra medalla, porque la delegación española había empezado a subir al podio en todos desde 1992, y conmigo aún no. Así que espero que sea en la despedida”, apunta Barcos de los que serán sus undécimos Juegos como juez internacio­nal, ahora en la posición de máximo responsabl­e de la competició­n.

Selección joven. ¿Pero dispone España de nivel para confiar en una medalla? Reacción sin pausa: “Desde luego. Tenemos una nueva generación con mucho talento. Acabamos de empezar una larga clasificac­ión olímpica que prácticame­nte dura dos años, y España está mandando a competir a sus deportista­s por medio mundo para sumar en el ranking. Es un calendario muy exigente, y caro, pero que por ahora nos podemos permitir. La Federación destina casi el ochenta por ciento de todos sus recursos para los equipos nacionales. Mandamos a los que tienen el nivel necesario. Luego, si algunos clubes quieren enviar a alguno de sus deportista­s, aunque vayan por su iniciativa personal, si obtienen resultados la Federación se hace cargo de sus gastos”. Y da nombres. “Que no son todos, sólo una muestra: Sara Rodríguez, Julia Figueroa, que ahora está lesionada, Laura Martínez, Fran Garrigós, Niko Sherazadis­vili...”. Algunos coinciden en el peso, pero ya lo tiene resuelto el presidente: “Cuando tengamos más de un judoca con opciones en algún peso, se decidirá por el ranking quién va a los Juegos”.

Dice Barcos que cuenta con más de 100.000 licencias de deportista­s en activo, y que en estos años lo más complicado ha sido “hacer un equipo nacional compacto, que los mejores se entrenen en las mejores instalacio­nes”. Y es que este veterano arte marcial mantiene vivo el culto al maestro, y en algunos casos esa figura llega a ralentizar la evolución de la élite española, “pero ahora en mayor o menor medida estos casos se han ido superando”.

Subvención. De lo que recibe el judo del CSD “no hay queja, porque si el país ha sufrido una crisis económica en la que no había más que lo justo, no se puede llorar. Lo que ha hecho la Federación es adaptar su estructura, y por fortuna no fue traumático”. Y aunque del judo “no se puede vivir, es imposible”, entiende que sí se cuida al deportista. Y ahora tiene a Sara Álvarez, olímpica en tres Juegos, como “directora técnica de la Federación, con una enorme ilusión, fuerza, capacidad e interés”.

Internacio­nal. En su posición en la Federación Internacio­nal ha influido para que el judo actual gane “en espectácul­o”, luchando contra las reticencia­s de los más tradiciona­listas: “Lo primero ha sido rebajar el tiempo de la competició­n: no podemos irnos a las siete horas, porque al final no quedan en las gradas ni las familias de los chicos. También tratamos de que el judo sea más comprensib­le para el espectador. Hemos reformado el código y sólo tenemos el ippon (el KO en el boxeo) y el wazaari (dos son un ippon): si un combate acaba en empate, pues en la acción de oro el primero que puntúa gana”.

Todas estas medidas están creadas para “agilizar la competició­n y evitar las polémicas, porque los jueces, cuando hay dudas a la hora de tomar decisiones complicada­s cuentan con el vídeo, con cámaras en diferentes ángulos para evitar el error”. Aun así, en los Juegos de Río hubo una polémica mediática con aquel desnudo del entrenador de Mongolia sobre el tatami, protestand­o una decisión: “Por la noche vino el presidente de su federación,

Continuida­d

“En 2005 Alejandro Blanco me pidió que fuese presidente”

Bernabéu “Tuvo el bronce en Río y se le escapó en medio minuto”

Regeneraci­ón

“Tenemos una Selección renovada y con aspiracion­es”

Nuevo código

“Nuestro deporte tiene que ser más ágil y espectacul­ar”

Opciones “Tenemos a Rodríguez, Figueroa, Martínez, Garrigós o Niko”

que ahora lo es también del país, quejándose por lo que había sido una afrenta para ellos. Hablamos, repasamos las imágenes y se quedó convencido de que los jueces actuaron con criterio deportivo”. El VAR, protagonis­ta en el Mundial de fútbol en Rusia, ya llegó al judo hace tiempo.

¿Cuánto vale la medalla? “Ahora es carísima, porque hay muchos países, sobre todo de lo que antes era la URSS, que han apostado por el judo para los Juegos. Pongamos Mongolia, por ejemplo, con temperatur­as extremas a lo largo del año: pues bien, una sala de judo en condicione­s no es muy cara y se puede ofrecer siempre para que sus deportista­s se entrenen. Países más pequeños, como Eslovenia, como Kosovo, con tradición en deportes de combate, se vuelcan en una élite escogida y están logrando excelentes resultados. La Federación Internacio­nal tiene 188 países. Pues más de un tercio tiene opciones de competir en igualdad, y cuando las naciones africanas den un paso al frente en la técnica, van a ser imparables porque el físico ya lo tienen”.

La cantera española, aquella que surgía de las clases extraescol­ares en los centros de enseñanza y que ahora compite con una oferta más variada, “se resiente, pero no lo nota tanto el judo. Ahora los chicos tienen de todo, pero este deporte, por sus valores, por el equilibrio que proporcion­a, sigue en las preferenci­as de los padres a la hora de inscribir a sus hijos, y luego los niños se enganchan”.

No esconde Barcos que la llegada de otras dos artes marciales a la condición de olímpicas, el taekwondo y ahora el karate, “es una competenci­a añadida con la que hay que convivir”, pero tampoco le quita el sueño porque “hay espacio para todos”.

Espera que Tokio 2020 sean unos Juegos especiales “porque en 1964 el judo debutó allí como olímpico, donde este deporte es una religión, y vuelve ya como un deporte internacio­nalmente reconocido”. España ha firmado un acuerdo con la Universida­d Internacio­nal de Okayama para mandar a la Selección “durante este ciclo de preparació­n olímpica, porque tienen unas grandes instalacio­nes, y para que se vaya adaptando”.

Base

“Pese a la crisis, tenemos más de 100.000 licencias”

Punto final

“Mi mandato se acaba en 2020: será hora del relevo”

Valores

“El judo sigue entre los preferidos por los padres”

2020

“Tokio será especial, porque allí el judo es como una religión”

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 ??  ?? EN LAS ESTACIONES DE JUAN. Izquierda a derecha: Sara Álvarez (directora deportiva), Juan Carlos Barcos (presidente) y, en representa­ción de As, Jesús Mínguez, Enrique Ojeda, Juan Gutiérrez y Miguel Ángel Vasco.
EN LAS ESTACIONES DE JUAN. Izquierda a derecha: Sara Álvarez (directora deportiva), Juan Carlos Barcos (presidente) y, en representa­ción de As, Jesús Mínguez, Enrique Ojeda, Juan Gutiérrez y Miguel Ángel Vasco.
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