Un final que comenzó hace tiempo

Se acabó Rusia 2018 para la selección argentina. Y se acabó, muy posiblemente, el sueño de ganar un título para toda una generación de jugadores que, liderada por Messi, arañó con los dedos la gloria hace cuatro años y esta vez se quedó muy lejos. Francia la despidió perdonándole la vida, dejando que un resultado decoroso disimule las enormes diferencias que se vieron sobre el césped del Kazán Arena. Lo planificado por Sampaoli y sus jugadores se demostró ineficaz. Empezó a desmoronarse con la primera carrera de Mbappé y terminó de venirse abajo en la ráfaga del segundo tiempo que llevó del 2-1 al 2-4.

No funcionó la idea de ubicar a Messi como falso 9, porque los franceses lo encerraron y aislaron con una red que funcionó a la perfección. Los franceses se turnaron para impedir que el resto del equipo lo encontrara, obligando al 10 a bajar al círculo central si quería tocar la pelota. Ni Banega ni Enzo fueron ruedas de auxilio válidas y la carencia de una estructura de juego aceitada quedó expuesta de par en par. Pero además,

Pavón jamás creó peligro y

Di María sólo iluminó con ese remate “de otro partido”. Durante todo el torneo,

Argentina tuvo mucha mayor facilidad para hacer goles que para atacar con criterio.