AS (Las Palmas)

La pretempora­da 2018-19es una reválida para Vitolo en el A tlético

Trabaja desde el primer día para convencer a Simeone ante la llegada de Lemar

- PATRICIA CAZÓN

Para Vitolo esta pretempora­da con el Atlético es algo más que el inicio del trabajo: es una reválida. El año paasado, con su paso por Las Palmas lastrado por las lesiones, como rojiblanco tardó en entrar, romper. Éste tendrá competenci­a, y dura: Leel gran fichaje. Pero el canario tiene una ventaja: está ya, desde el día uno, para ganar su sitio, hacerse fuerte, volver a ser aquel que fuue en Sevilla. Imprescind­ible

Cuando existen ganas, todo es posible”. El 15 de junio el gimnasio se colaba ya entre las vacaciones de Vitolo. Es uno de los diez futbolista­s del primer equipo que el miércoles estaban en el Cerro para iniciar el trabajo con el Atlético. Lo que viene, para él, es más que una pretempora­da. Es una reválida.

Su nombre fue uno de los del pasado verano. Su renovación por el Sevilla anunciada por su presidente, la llamada de Simeone, el cambio de tercio, Vitolo pagando la cláusula, fichando por el Atleti y viajando a Las Palmas, la cantera de la que surgió. El Atlético no podía inscribir jugadores hasta enero de 2018, por la sanción FIFA. Media temporada la pasaría en Canarias. Nada fue como esperaba.

Las lesiones lo impidieron. Jugó un partido. Se lesionó. Dos fuera. Se recuperó. Dos partidos. Otra lesión. Microrrotu­ra en el bíceps femoral. Dos partidos más fuera. Volvió. Logró enlazar ocho seguidos, recuperaba sensacione­s, forma, pero en el último, ante el Depor, Copa, dieciseisa­vos de final, lágrimas. Había vuelto a romperse. De nuevo el bíceps femoral. Era 29 de noviembre. No volvería a vestir de amarillo. Viajó a Madrid para recuperars­e en el Atleti. Jugó su primer partido el 3 de enero, como Costa. Pero el de Lagarto ya conocía la pizarra del Cholo, a él le costó entrar.

Vitolo tardó seis partidos de Liga en ser titular. Quizá le faltaba aún el físico, esa chispa del Vitolo del Sevilla. Fue en la Europa League, su competició­n, ganó tres en Sevilla, donde la recuperó, brilló. Acabó la temporada fuerte. Pero volvió a romperse al final: no pudo jugar en Lyon. En total, entre Las Palmas y el Atleti, jugó 1.880’. Desde la temporada 2010-11, la de su debut, no jugaba tan poco (ver tabla). Por eso el miércoles era uno de los primeros en llegar al Cerro, con la piel color tatuaje, de morena, y los músculos a punto. No quiere que el físico esta vez falle.

El gran fichaje de este verano es su competenci­a, Lemar. Pero Vitolo en algo le aventaja. Lemar, que jugará mañana la final del Mundial, no llegará hasta la Supercopa de Europa (15 de agosto), si llega entonces. Vitolo está desde el primer día. Paliza a paliza con el Profe. Y quien le conoce, quien ha trabajado, jugado con él, lo dice: es un hombre para el Cholo. Su esfuerzo no se negocia. Nunca. Bien lo saben las pesas del hotel Salobre de Gran Canaria donde comenzó a prepararse el 15 de junio.

Preparació­n Juega a su favor: él trabaja desde el día 1, Lemar no

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A PUNTO. Vitolo, en la sesión del Atlético de ayer, en el Cerro del Espino, trabajando con
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