La baja de Araujo agranda la figura de Rubén Castro
El isleño y Mir coparán el frente del ataque amarillo
Muchos años, tantos como 14, tuvo que esperar Las Palmas para contar de nuevo con Rubén Castro. Los astros se alinearon y, entre que Setién no lo quería en el Betis y que el delantero de La Isleta tiene 37 años, llegó el momento de regresar a casa.
A tenor del tsunami que provocó su llegada a la UD, la llegada de Castro convierte al equipo amarillo en indiscutible candidato al ascenso. Ocurre además que ‘el Moña’ firmó por Las Palmas tras haber rechazado ofertas deportivas y económicas más suculentas. Ya se sabe, como dicen muchos actores de este negocio, los jugadores están, casi siempre, donde quieren. Y así sucedió ahora con Rubén. Cunde la sensación de que este futbolista pudo llegar mucho más lejos en su fértil viaje por el planeta fútbol, como si fuera poco haber marcado 147 goles con la camiseta del Betis, tantos como nadie en su historia. Cuando Las Palmas anuncia el fichaje de Castro, el 13 de julio, en la Isla ya llevaba varias semanas entrenando Sergio Araujo. Si los registros de Rubén le conceden un aura de indiscutible que no se toca, el argentino regresa con Manolo Jiménez, con quien recuperó en Grecia parte de aquel menudo ariete decisivo en el último ascenso (25 goles).
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Paso adelante. Su salida del Betis mermó el estado físico de Castro, que empezó tarde a entrenar pero pronto se puso al mismo nivel que sus compañeros. En absoluto preocupa en la zona noble del EGC que aún no haya marcado en pretemporada pero ahora, tras la lesión de Araujo que le podría tener un mes de baja, debe dar un paso adelante. Las Palmas pilla automatismos en defensa, pero en ataque el progreso es lento. En el área rival no hay en Segunda nadie como Rubén. Casa bien con Mir, teórico tercer delantero. Pueden jugar los tres. De momento, estos dos estarán en el Carranza con la vista puesta en la portería del Reus.