Godín emuló el ‘gol del cojo’ de Calleja en 1969
“Me fui arriba por si sonaba la flauta... y sonó”, recuerda el histórico lateral
“Si no era muy grave, sentías la necesidad de quedarte en el campo...”
Marcó Godín el 3-2 al Athletic y se vino a la memoria otro gol histórico del Atlético, el de Calleja contra el Sabadell hace casi 50 años. “Me rompí, me puse una muslera y me coloqué de delantero”, rememora a As y añade: “Godín fue muy generoso”.
Al Atlético le salvó ante el Athletic el gol del cojo. Estaba Godín lesionado, pero le dio para meter la cabeza a tiempo y hacer el 3-2. Como hace casi 50 años lo hizo Calleja, entonces en el Calderón y contra el Sabadell. El exjugador, que fue rojiblanco entre 1959 y 1972, rememora con As aquel tanto, también de cabeza. “El mío fue algo más difícil”, recuerda, a la vez que elogia a Godín: “Fue muy generoso. Es un profesional, puro pundonor”.
Un tanto logrado el 6 de abril de 1969 reapareció el sábado en la memoria de muchos aficionados rojiblancos. “Sí, ya sé lo que me vas a preguntar...”, se adelanta Isacio. El Sabadell visitaba al Atlético y ganaba 0-2 a falta de media hora. “Sufrí un desgarro muscular en la primera mitad, me pusieron una muslera y, como no se podían hacer cambios y no era grave, me fui arriba, al área, a ver si sonaba la flauta. Vaya si sonó…”, explica el histórico defensa sobre el 2-2.
Las circunstancias obligaban, como ocurrió el sábado. Esta vez el Atleti había agotado los cambios y Godín se fue arriba “a molestar”; en la 68-69 ni siquiera estaban permitidas las sustituciones, salvo para los porteros. “Me fui arriba y Paquito se puso en mi sitio. Fue él quien me dio luego el centro. Rematé de cabeza y no me di cuenta del gol hasta que me levanté. Salté con la pierna buena y me caí porque no podía ni apoyarme. Fue en el fondo sur, al final. Tengo fotos de aquel gol, fue casi desde la frontal”. Como con Godín, también había riesgo de agravar la lesión: “Si no era muy grave, sentías la necesidad de quedarte con tus compañeros”. Pero en ambos casos, el esfuerzo mereció la pena.