Jiménez, en el alambre; Mel, en la recámara...
El técnico madrileño estuvo cerca de entrenar el pasado verano
Este próximo viernes se cumplirá el primer tercio de la competición en la Segunda División. El estadio de Gran Canaria será testigo del duelo entre el primer clasificado, el Granada, y el sexto, Las Palmas. Los andaluces, que no entraban en las quinielas iniciales de casi nadie para estar entre los dos primeros clasificados, son una de las sorpresas de la competición, junto a otro como los madrileños del Alcorcón, segundos. Ambos han desbandado de las plazas de ascenso directo a dos de los grandes favoritos, Málaga y Las Palmas, que han ido de más a menos.
En el caso de los amarillos empieza a ser realmente preocupante el gran bajón que se produce entre lo que se observa en la isla y fuera de ella, puesto que en los últimos tres partidos solo se han logrado 2 de los nueve puntos en juego, para solo 6 de 18 en lo que va de campaña como foráneos, lo que sitúa al conjunto insular como el peor de los siete primeros clasificados cuando le toca jugar como visitante. En casa los datos no son del todo malos, con 15 puntos logrados, pero le sitúan como los segundos que menos logran de los siete primeros, siendo solo peor el Albacete, con 10. Mucho que mejorar, pero no se da la sensación de poder lograrse. Granada, una final. El ambiente se ha enrarecido mucho las últimas semanas y las redes ya piden sin disimulo la destitución de un entrenador que no ha logrado dar con la tecla para que el equipo sea regular. Declaraciones de jugadores importantes tras el empate ante el Elche ponen en evidencia que algunos ya empiezan a dudar del plan del sevillano. Rubén Castro manifestó con resignación un lapidario “vamos a ver cómo arreglamos esto”, mientras que Tana se quejó de que “abusamos de los balones en largo”.
El encuentro ante el Granada se antoja como una auténtica final, aunque el técnico y su cuerpo técnico cuenta con el apoyo del presidente, Miguel Ángel Ramírez, que de puertas para fuera no muestra preocupación alguna y sí todo su apoyo, pero de puertas para dentro es otra cosa, puesto que está preocupado al ver que después de un importante esfuerzo para lograr confeccionar una de las mejores plantillas de la categoría, no se logra dar con la tecla y los rivales se empiezan a distanciar. Las dudas son tantas que ya se han mantenido contactos con el madrileño Pepe Mel, técnico que sonó con mucha fuerza este pasado verano y que estuvo cerca de entrenar a la Unión Deportiva, pero finalmente se decantaron por Manolo Jiménez, que tenía un muy buen cartel después de haber ganado la Liga en Grecia. Una derrota lo precipitaría todo...