Sevilla, abónate a soñar
André Silva le da el liderato ante un buen Valladolid
Sufrieron A Enes Unal se le anularon dos goles y Vaclik frenó a Verde
En 2003, cuando el Sevilla empezaba a reconstruirse de sus cenizas, un ambicioso eslogan acompañó su campaña de socios: “Abónate a soñar”. Quince años más tarde, y unos cuantos títulos después, aquel reclamo es más actual que nunca. El Sevilla de Machín es líder de esta Liga loca en la jornada número 13. Su agónica victoria 1-0 al Valladolid le pone en el cielo de campeonato. Latió Nervión y tembló el Pizjuán. El octavo gol de André Silva después de la quinta asistencia de Sarabia resultó suficiente en un partido que pareció tener un curso plácido para el Sevilla y acabó siendo un maravilloso thriller con cruz para el Valladolid y cara para los locales, que ya tienen a la venta su carnet especial de noviembre. Razón, soñar.
El Valladolid, decíamos, le hizo pasar momentos de pánico al Sevilla. La actuación de Enes Unal fue sencillamente colosal. El turco tuvo impacto en la media hora de partido que jugó. Le anularon dos goles: uno por fuera de juego posicional de Toni
Villa, y otro, sin discusión. Vaclik, además, le sacó otro balón después de una maniobra con giro dentro del área, de delantero de primer nivel. No es lo único que hizo el portero checo. Daniele Verde, que tiene un cañón por pierna izquierda, se sacó dos misiles que Vaclik, con las luces encendidas, despejó para salvar el liderato.
Pese a la suplencia del Mudo Vázquez, jugador de importancia capital en el engranaje de juego, y de ese chaval de 33 años que es Jesús Navas, las huellas del Sevilla de Machín ya son reconocibles en cualquier rincón del Sánchez Pizjuán. Banega cayó a la izquierda para potenciar a Escudero y Sarabia, a la derecha para darle vuelo a Aleix. Roque Mesa, notable, fue el sostén y los delanteros empiezan a entenderse con la mirada. El 1-0 cayó por su propio peso.
El partido, sin embargo, se volvió loco con la entrada de Enes Unal. El turco y Verde llenaron de peligro los ataques del Valladolid, que al fin encontró amenazas para el rival. Al Sevilla le entró el vértigo. Machín hizo cambios para intentar darle paz a su equipo pero, con el liderato tan a tiro, los nervios eran evidentes. Agónico siempre sabe mejor y así fue el final en Nervión, con la afición desatada. El Sevilla, que fue el primer líder de la competición después de la goleada en Vallecas, también lo es en la jornada 13. Hay licencia para soñar.