Vuelta a las andadas
Benzema sacó su chistera para meter el golazo de la esperanza (¡un aficionado lo celebró con una camiseta de Lewandowski!). Pero Guardiola fue muy vivo y firmó las tablas de un buen Valladolid.
Factor campo. Cuando uno era crío se hablaba mucho de la ventaja añadida que suponía jugar en casa, al calor de los tuyos. Los rivales llegaban al Bernabéu intimidados. Lo normal era acabar las temporadas con casi pleno de victorias en Chamartín. Si acaso cedían los blancos uno o dos empates. De hecho, una de las cinco ligas seguidas de la Quinta del Buitre
(1987-88) se saldó con 17 triunfos en casa en los 17 partidos jugados. Ni un desliz, ni un gatillazo. Lo dicho, el factor campo te da ligas. Ahí se ganan. Sumando de tres en tres sea cual sea tu puesta en escena. Y tuvo que ser Guardiola, un apellido que aquí pone a alguno de los nervios, el que sacó petróleo en una contra del buen Valladolid de Sergio González cuando Zidane ya se frotaba las manos ante un posible pleno de seis puntos gracias a un nuevo golazo de su compatriota Karim. Por eso el personal se fue frustrado del estadio. ¿Tan difícil es tener dos alegrías consecutivas? ¿Tan difícil es ganar un partido con solvencia en el Bernabéu? No olviden que el último encuentro jugado en al Paseo de La Castellana había terminado 0-2 ante el Betis. Hemos pasado del miedo escénico para nuestros visitantes al bloqueo escénico para los anfitriones. El Madrid
ya no intimida a nadie en su santuario. Habrá que mirárselo. Un club puede tener una racha mala o peor. Pero lo que jamás puede perder es identidad...
James, el sexto fichaje. Y eso que el partido dejó un primer tiempo aseado, con buen fútbol y mejor disposición. Un Madrid reactivado tras el solvente triunfo de Vigo, que parecía querer reeditar esa imagen refrescante que a todos nos sorprendió dado que hablamos de un equipo sin caras nuevas. La novedad la puso James. El colombiano recibió el premio a su paciencia con la entrada en el once. Eso demuestra que James es el sexto fichaje del equipo. Fue el mejor y mereció el premio del gol. En realidad fue el único refuerzo que estaba ayer en la apuesta de arranque. Hazard y Rodrygo siguen lesionados; Mendy, futuro suplente de Marcelo, en la grada; Militao y Jovic, al banquillo... El mismo Madrid abúlico del año pasado más James hizo una propuesta interesante hasta el receso del descanso. Pero estamos como siempre. Muchos “uuuuuyyyyyys” y pocas paradas reseñables de Masip. El Madrid tiene poca pegada. Baila bien sobre su rival, pero no le mete ni un gancho siquiera que le haga tambalearse. Sólo los que se inventa Benzema...
Enorme Karim. El gato de Mourinho es ahora el Rey León de este equipo. Asume su liderazgo y sacó a la grada de la abulia del marcador con gafas (0-0) con un golazo de autor. Control complicado en la frontal y media vuelta con ojo de halcón incluido, que puso la pelota lejos de Masip. Ante un Madrid rocoso y firme, ese gol habría sido de oro y habría dado tres puntos. Pero Vinicius a la derecha se siente como un esquimal en el desierto del Sahara. Incómodo y fuera de lugar. Y no ayuda en defensa. Por ese boquete entró Guardiola para chafar la fiesta. Karim no puede hacer todo.
Decepción total. Me transmiten su frustración tras este empate inesperado mi admirado Antonio Moyano, el lotero de Fuengirola, Raúl y su hija Miriam (de Fabero), Alberto de Peralta (al que le amargaron el cumpleaños) y las peñas de Ciudad Rodrigo, Traiguera, Canet lo Roig, Higueruela y Santa Cruz de Alpera. Todos esperan expectantes el mercado. ¿Pogba? ¿Neymar? Toca esperar...