“Dedico a mi hermano el triunfo, también es suyo”
Jesús Herrada se acordó de José, 3º en Javalambre
Antes de salir de Mora de Rubielos, Jesús y José, los hermanos Herrada del equipo Cofidis, hablaron con su familia en el village. Tenían temas de conversación, porque José había acariciado la victoria el día anterior en Javalambre… y Jesús, el pequeño de los dos (29 años por 33 de su hermano), tenía la jornada de ayer “marcada en el calendario”. Cuando sonó la bocina de llamada a los corredores para empezar la etapa, ambos se apresuraron mucho más que otros que había alrededor, como si quisieran estar bien colocados desde el inicio. Y es que el pequeño de los dos hermanos de Mota del Cuervo (Cuenca) tenía en mente hacer que pronto se olvidara la pena por la oportunidad perdida por su hermano mayor.
“Esto demuestra que cada día es una oportunidad”, confirmó Jesús Herrada horas después, tras imponerse en Ares del Maestrat al rematar perfectamente a Teuns en la última subida y emocionar a la familia y novia que le apoyaban en la meta. De ellos, y del equipo, también se acordó, pero su triunfo tenía una dirección: “Se la dedico a mi hermano, lograr este triunfo el día después de que él se quedara tan cerca es muy especial”.
Ambos comparten habitación en los hoteles durante
esta Vuelta e inevitablemente el clima tras Javalambre era de tristeza. “Se merecía esa victoria, por eso sentí que si lograba ganar, este triunfo sería tan mío como suyo”, confirmaba un Jesús Herrada que en el equipo Cofidis, estructura francesa que ha renovado dos años más a los hermanos, está afianzándose como un ‘cazatriunfos’. “Este año está saliendo todo muy bien y estoy con cada vez más confianza”, aseguró después de sumar ayer la sexta victoria del año, que arrancó en enero estrenándose en Mallorca, luego pasó a dominar en Luxemburgo (dos etapas y general) y, antes del Tour, inscribió su nombre en la novedosa prueba de un día que consiste en una subida al Mont Ventoux.
Cofidis. Esta es su segunda temporada con el histórico equipo francés, en la que sí está rematando, porque en 2018 sólo logró vestirse de rojo en la Vuelta, pero no alzar los brazos: “Me quedo con la sensación de ganar una etapa”. De hecho, el año pasado ya aseguró que cambiaría el liderato por un triunfo parcial. Este año había preparado la carrera para quitarse la espina, de hecho su participación en el Tour no pareció entrar en sus planes, más focalizados a la ronda española.
Su estrategia, en los últimos kilómetros, fue la de no regalar nada y tiró de sangre fría. “Cuando Teuns arrancó, tuve la fuerza para seguir su rueda y quedarme ahí guardando hasta que encontré el momento de acelerar. Ya se me había escapado alguna etapa así y tenía que estar listo”. Su rival belga, que al menos tuvo la consolación de vestir el maillot rojo, lo confirmó: “Fue más listo que yo”. Pero es que Jesús tenía una deuda pendiente: “Creo que la idea de brindarle la victoria a mi hermano me dio fuerzas de donde casi no había”.
Planificado Herrada, que fue líder en 2018, tenía la etapa marcada en el libro de ruta