El dolor de Djokovic
Wawrinka, Medvedev Federer El serbio sufre molestias en un hombro: “Creí que no podría acabar”
Novak Djokovic superó la segunda ronda del US Open con sufrimiento por una lesión en el hombro izquierdo. El argentino Londero le tuvo a su merced, pero le ganó por oficio y calidad. El serbio tiene un cuadro complicado, con y en el horizonte.
Al resguardo de una noche gris y lluviosa en Nueva York, el público del estadio Athur Ashe, en el Billie Jean King Tennis Center, asistió con cierta congoja a un momento alarmante en el US Open. El campeón, Novak Djokovic, superado en muchos momentos por el argentino Juan Ignacio Londero en su duelo de segunda ronda, pidió un tiempo muerto médico para que el fisio del torneo le tratara el hombro izquierdo. Con gestos de dolor, el serbio recibió un masaje y se tomó un antiinflamatorio antes de saltar de nuevo a la pista y ganar el primer set, pese a sus dificultades para lanzar la pelota en los saques y pegarle de revés. Djokovic, que tuvo dos quiebres en contra en la segunda manga, ganó (6-4, 7-6 (3) y 6-1) por oficio a un chico que no había logrado ninguna victoria ATP hasta este mismo año. Pero el dolor le acompaña desde Cincinnati.
“No sabía si sería capaz de acabar el partido, sobre todo viendo cómo había empezado para mí y según me sentí mediado el primer set”, confesó Djokovic tras el choque. “Necesito tiempo para ver qué tengo, pero esta claro que es una molestia que afecta a mi juego, al saque y al revés, sobre todo. No es fácil jugar así y no lo he experimentado muchas veces en mi carrera”, continuó, antes de explicar que había notado el dolor hace “un par de semanas”. “Hay días que es muy intenso y otros menos, fluctúa mucho. Lo bueno de los Grand Slams es que tienes días de descanso entre los partidos. Espero acertar con el tratamiento médico”.
A Djokovic le espera hoy (03:00) un rival tan propicio o más que Londero, Denis Kudla (27 años y 111º), un estadounidense al que debería ganar si controla su dolencia.
Pero después le llegarán algunas curvas. Si pasa a octavos, se encontrará probablemente al ganador de tres majors Stan Wawrinka; en cuartos, al número cinco y campeón en Cincinnati, el ruso Medvedev, antes de una hipotética semifinal contra Federer, si es que el suizo, extrañamente errático en las dos primeras rondas, llega a esas alturas (hoy se mide con Dan Evans).
Rafa Nadal. Lo que le puede ocurrir a Djokovic es similar a lo que le pasó el año pasado a Rafa Nadal en el US Open. El balear llegó con la rodilla derecha renqueante, sufrió para superar en la tercera a Khachanov y terminó por claudicar en semifinales con su retirada ante Juan Martín del Potro. No es el mismo tipo de dolencia, la del balear era más grave y determinante para el juego, pero son jugadores de la misma generación con un castigo considerable sobre sus cuerpos.
Djokovic, que siempre ha padecido dolores en sus articulaciones (tuvo lesionado el codo derecho hace dos años) ha hecho un gran esfuerzo en el último año y medio para ponerse a la altura de sus compañeros del Big Trhee, Nadal y Federer, y puede estar pasándole factura ahora. “Voy a hacer más consultas en las jornadas entre partidos y espero estar mejor en unos pocos días”, deseó el balcánico.
Djokovic no ha sido uno de los jugadores que más lesiones ha sufrido en la élite, en el extremo opuesto de su posible rival en la final del torneo, Nadal, que atraviesa ahora por un gran momento de forma y de buen humor. Al contrario que al español, al tenista de Belgrado, que llegó a la Gran Manzana taciturno y quiso saltarse la rueda de prensa previa, se le nota seco y poco hablador en sus comparecencias. Habrá que observarle.
Problemas
A Djokovic le molesta la lesión sobre todo “para el saque y el revés” Mal humor
El número uno quiso saltarse la rueda de prensa previa