Mauricio Lemos se prueba: mejor en el centro de la zaga
Empezó el clásico como pivote
Desde que la pretemporada se desperezaba tuvo claro Pepe Mel que quería contar con Mauricio Lemos. Pero ocurría que el central uruguayo mantenía un buen cartel, apetecible en ligas importantes como la francesa (se dio por hecho que acabaría allí) y que, además, por aptitudes y proyección, ocupaba la ‘pole’ en cuanto a posibles ventas que arreglaran el desaguisado económico que provocó la deficiente planificación del curso anterior.
Mel cada día lo tenía más claro. Quizás influenciado por el overbooking de opositores para puestos de central (Aythami, Mantovani, Deivid, Álex Suárez, Curbelo), seguramente bendecido por su generosidad tocando el balón, expeditivo cuando debe, impagable su gran golpeo de pelota en largo, Mel empezó a pensar en él como
pivote defensivo, pues Timor se iría tarde o temprano y con Javi Castellano no cuenta.
Espacio. Tras sumar sus primeros minutos contra el Racing, el madrileño lo alineó como titular en el Heliodoro, en este caso como mediocentro. Escoltado por el siempre voluntarioso Galarreta, acusó la falta de ritmo y, con tanto campo a sus espaldas, las lagunas propias de quien se está adaptando a un espacio que no es el suyo. Así, Luis Milla y Sanz se adueñaron la zona ancha.
Rectificó Mel a tiempo. Tras el descanso, efecto dominó. Lemos se pegó a Mantovani, Curbelo pasó al lateral derecho y Álvaro Lemos se fue al extremo. Las Palmas empezó a carburar. Más sólida en defensa, se gustó por momentos. EL uruguayo acabó lesionado, pero al menos volvió a encontrar su sitio en la Unión Deportiva.
Mantovani La dupla con el argentino le dio más solidez defensiva a la UD