“El abuelo todavía no ha dicho su última palabra”
Valverde fue el único capaz de atacar a Roglic
La primera jornada de la montaña asturiana, con numeroso público en el día de la Santina, sirvió para dejar claro que Alejandro Valverde es la única esperanza de que haya Vuelta hasta Madrid. En el Movistar, lejos ya de los debates sobre el liderato con Nairo dejándose 1:36 con el murciano y el líder Roglic, el campeón del mundo fue el único capaz de intentar algo: “Corrimos a la ofensiva desde el principio, metiendo a Marc Soler en la fuga para que luchara por la etapa y luego parándole para que me ayudara a mí. Yo tenía buenas piernas y por eso ataqué desde lejos”.
Valverde se intentó ir a siete kilómetros para la meta, arrancada a la que sólo pudo responder Roglic. Le apretó durante varios kilómetros, hasta que ambos se dieron cuenta de que era más práctico colaborar y hacer hueco con el resto de rivales. “Nos entendimos bien”, explicó el español, que hasta agradeció a su rival que pasara al relevo. En esa situación, “los dos queríamos subir lo más rápido posible”, confirmó el esloveno, tranquilo de tener controlado al segundo de la general, que sigue a 2:25.
Ofensivo “Estaba bien, por eso ataqué desde lejos”, contó Valverde
Juntos. Que Valverde quisiera ir a relevos con el maillot rojo se explica en lo que lleva diciendo desde que arrancó la Vuelta, que va “día a día”, intentando evitar el afirmar que su objetivo es el primer escalón del podio. “Si esto se convierte en un mano a mano entre los dos querrá decir que estoy para ser segundo o primero, pero queda mucho. Fuimos todos a tope en el Acebo, los que íbamos delante y los que marchaban por detrás”, analizaba Valverde, que distanció en 41” a Tadej Pogacar y Miguel Ángel López.
Sin embargo, al murciano se le ve disfrutar viéndose tan metido en la carrera a sus 39 años, siendo el ciclista más veterano, luciendo el arcoíris y demostrando que no se le ha acabado la gasolina. “Es positivo que el segundo de la general no pudiera sacar tiempo”, afirmó Roglic cuando se le preguntó si ve al ciclista del Movistar como el principal rival para apuntarse su primera grande. El esloveno parece confiado, pero Valverde, con una sonrisa, promete más ataques: “El abuelo aún no ha dicho la última palabra”.