AS (Las Palmas)

Manoseando el nombre de Zidane

No merece una crítica equivalent­e a la desconcert­ante dirección deportiva del club, atribuible al presidente

-

EDesde hace dos meses a Zidane se le pregunta por la situación que atraviesa, en medio de un clima de incertidum­bre que sólo afecta a su persona y a su trabajo. Sin la menor respuesta del club, tan ágil en otras ocasiones.

l orfeón mediático habitual ha vuelto a situar en el alambre a Zinedine Zidane,

cuya habilidad para moverse en la cuerda floja no tiene comparació­n en el fútbol. No es una novedad. Desde la pretempora­da se acentúan las críticas al entrenador del Real Madrid

por parte de los mismos periodista­s que celebraron su regreso en marzo, cuando la crisis del club empezaba a ascender desde el césped al palco presidenci­al. El crédito de Zidane en el madridismo (una Liga y tres Copas de Europa en tres temporadas al frente del equipo) fue suficiente para apaciguar la tensión. Aunque el equipo no elevó sus prestacion­es, la temporada terminó con decepción, pero sin ruido.

El único perjudicad­o de aquel periodo fue Zidane. Decidió volver en medio del desplome del Madrid, descartado desde diciembre en la Liga y eliminado de la Copa de Europa y la Copa del Rey.

En aquellas condicione­s, tres meses sin brillo, sin objetivos, con el estadio medio vacío y el equipo desanimado, Zidane estaba destinado a la erosión.

También sufrió su posición de poder, disminuida claramente durante el verano. Insistió sin éxito en Pogba, fichaje que se hubiera producido en marzo, cuando Florentino Pérez necesitaba a Zidane desesperad­amente, pero la memoria en el fútbol es cada vez más corta. El entrenador que había evitado una profunda crisis institucio­nal se transformó en el entrenador del Real Madrid a secas, como Benítez, Lopetegui o Solari.

La pretempora­da acentuó esa percepción. Como suele ocurrir en el Real Madrid, la pretempora­da es temporada. Siempre está sometido a la crítica minuciosa. Se sucedieron los malos resultados y

2018-19 El único perjudicad­o de aquello fue Zidane, destinado a la erosión

comenzó un ejercicio que no se ha detenido desde entonces. Después de cada derrota, la facción florentini­sta del periodismo descargaba todas las baterías contra Zidane.

Se trataba menos de una crítica al técnico que de una operación de desgaste, un manoseo continuo sin la menor respuesta del club, tan ágil para responder públicamen­te en otras ocasiones. Desde hace dos meses, a Zidane se le pregunta por la situación que atraviesa, en medio de un clima de incertidum­bre que sólo afecta a su persona y a su trabajo. No merece una crítica equivalent­e, de hecho no hay crítica, a la desconcert­ante dirección deportiva del club, directamen­te atribuible al presidente.

El nombre de Mourinho aparece como un mantra en una dinámica que recuerda a la fábula del lobo con Caperucita. Se le cita con tanta seguridad y con tanta insistenci­a que el asunto ya ha merecido un par de respuestas públicas de Sergio Ramos, fatigado por la

Mourinho Su nombre aparece como un mantra, con seguridad e insistenci­a

recurrenci­a de los mensajes, preocupado por su efecto en Zidane y en la estabilida­d emocional del equipo, probableme­nte molesto por el espeso silencio del club (en Estambul declaró que la institució­n tiene la llave para aclarar esta clase de episodios) en una situación que sólo sirve para deteriorar al entrenador. En realidad es el silencio más ruidoso del mundo.

 ??  ?? Zidane protesta desde el banquillo en un momento del Galatasara­y-Real Madrid del pasado martes.
Zidane protesta desde el banquillo en un momento del Galatasara­y-Real Madrid del pasado martes.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain