La conexión escandinava deja helado a Fran Escribá
Odegaard e Isak fabricaron el tanto de la Real Sociedad
La conexión escandinava de la Real Sociedad aúpa a los donostiarras al norte de la clasificación, al calor de los puestos Champions. Al contrario, el Celta se queda en el sur de la tabla, fuera de la escalofriante zona roja por un solo gol. Y con Escribá helado, sin margen de error para no congelar su continuidad en Vigo.
El partido se puede resumir en tres momentos: la falta de puntería con la cabeza de Mina en la primera parte (envió un balón al palo y otro fuera con todo a favor), la expulsión de Pape Cheikh (la primera amarilla fue rigurosa, pero la segunda fue muy clara) y el tanto definitivo de la Real. Un pase sutil del noruego Odegaard bastó para que el sueco Isak batiera a Rubén con un remate certero.
El Celta saltó al césped con miedo, mucho miedo. Había temor al ambiente de la grada y al rival, una Real con mucha munición en ataque. En los primeros compases los donostiarras parecían cómodos y combinaban con bastante fluidez, pero siempre les faltaba el último pase o el remate.
Sin suerte. No obstante, el paso de los minutos fue atemperando a los locales, que empezaron a jugar cada vez más cerca de la portería de Remiro. Y así se sucedieron las ocasiones en el último tramo del primer acto, con Mina como protagonista. El delantero vigués tuvo tres ocasiones, los dos mencionados cabezazos y un disparo que desvió Monreal para alivio de su portero.
En la segunda parte, el encuentro estaba equilibrado hasta que llegó la acción decisiva: la expulsión de Pape (justo cuando Beltrán estaba esperando en la banda para sustituirle). La estocada definitiva, el tanto realista, sólo era cuestión de tiempo y acabó llegando en el minuto 82. La Real sonríe y el Celta llora.
Santi Mina Envió un cabezazo al palo y otro fuera con todo a favor