Machín amenaza con acentuar la crisis del Athletic
Garitano necesita una reacción
En Bilbao se han tirado toda la semana los jugadores diciendo que lo de hoy no es una final y que nadie se toma este periplo de cinco partidos sin ganar como una crisis. Al margen de rótulos, la cosa se ha estancado y de ese bache empieza a salir el Espanyol tras el cambio de entrenador. Que cada uno llame a esta cita como quiera, pero tiene pinta de decidir el futuro inmediato de ambos equipos: el Athletic necesita cortar la hemorragia y los periquitos, salir cuanto antes de unos puestos de descenso que queman.
San Mamés quiere volver a sacar pecho, tras romper el Valencia por solo seis días una imbatibilidad que estuvo a punto de prolongarse por espacio de un año. El Athletic, con 10 puntos de 15 posibles, se enfrenta a uno de los mejores a domicilio, el Espanyol, que ha sumado de visita los ocho que acumula en la tabla. Eso sí, nueve de esos 10 puntos que amasan los rojiblancos al calor de su gente llegaron en la tacada inicial de las brillantes victorias ante Barcelona, Real Sociedad y Alavés. Después vino la derrota ante el Valencia y el empate contra el Valladolid, que se sumaron al deficiente rendimiento fuera de casa para dejar varado en la tabla a un equipo que ha pasado de primero a acomodarse en la zona media.
En la anterior jornada entre semana, en Leganés, con tres partidos en seis días, Garitano rotó, pero ahora, al tener ocho y medio, no va a mudar mucho. Herrerín podría regresar. Llega reanimado el Espanyol a San Mamés, ya que Machín no sólo ha enderezado los resultados, tras la victoria europea contra el Ludogorets y en LaLiga ante el Levante, sino también el juego del equipo.