AS (Las Palmas)

El mexicano prefirió este combate a una trilogía con Golovkin

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Hacer historia. Eso es lo único que le preocupa a Saúl ‘Canelo’ Álvarez (52-12, 35 KO). El mexicano es el boxeador más mediático del momento, pese a ello, no tiene el reconocimi­ento de todos. “Los números están ahí y lo estarán el día que me retire. Ahora busco retos”, repitió una y otra vez en la previa. Tras vencer a Daniel Jacobs en mayo y unificar tres (CMB, AMB y FIB) de los cuatro cinturones del peso medio se marcó como objetivo ser campeón mundial en el semipesado (ha sido monarca superwelte­r y lo es del medio y supermedio). Una temeridad, ya que con 1,73 metros de altura los 79,1 kilos que dio en la báscula parecen su límite. “No subiré mucho más”, reconoció. El órdago es grande, ya que puede que pierda explosivid­ad y velocidad, sus principale­s señas de identidad... pero si quiere la historia debe arriesgar.

El público le reclamaba una trilogía con Golovkin (con el que hizo nulo y después le ganó) y la televisión que tiene sus derechos (DAZN, con quien firmó un contrato de 365 millones de dólares por 11 peleas), también. Pero él solo quería a un boxeador: Sergey Kovalev (343-1, 29 KO). Tal era su deseo que prefirió no pelear en el fin de semana previo al Día de la Independen­cia de México (16 de septiembre) para citarse con el ruso. ‘Krusher’, por su parte, sabe que está ante la pelea más lucrativa que le quedaba por delante (se lleva 3 millones

Camino

por los 35 del mexicano) y eso le llevó a aceptar el pleito con las condicione­s que Canelo puso. Ganó a Yarde para revalidar el OMB del semipesado, que vuelve a exponer hoy, hace 70 días. Poco descanso.

Es el campeón y le desafía un hombre al que aventaja en diez centímetro­s de altura y segurament­e unos siete kilos de peso, pero aunque es el que más tiene que perder, ya ha ganado. Pase lo que pase se aseguró tres combates más en DAZN, lo que significa que a sus 36 años seguirá haciendo dinero hasta que decida retirarse.

El mexicano, siete años más joven, es favorito. Los golpes a la zona de flotación son marca de la casa y Kovalev no es el boxeador que mejor los tolera. En su revancha ante Andre Ward fue noqueado así, pero él afirmó siempre que “fue un golpe bajo”. Sea cierto o no, las opciones de Álvarez están ahí: velocidad para esquivar y contragolp­ear rápido y certero. El ruso, por su parte, debe mantener la distancia y mandar con golpes rectos aprovechan­do su tamaño. Será difícil para ambos, aunque más para Canelo. Está ante su cuarto desafío.

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