Hazard en su Eden
Los 600 aficionados blancos que acudieron a Ipurua disfrutaron con la gran victoria de su equipo. Courtois sigue imbatido y los goles llegan con facilidad. Karim ya es Pichichi.
Así se ganan las Ligas.
Me anticipo antes de que algunos de ustedes me lo saquen de la hemeroteca para darme un cariñoso zasca. Hace sólo una semana y tras empatar con el Betis con las gafas puestas (0-0), titulé este artículo “Así se tiran las Ligas”. La impotencia de no aprovechar el batacazo del Barça en Orriols y la falta de puntería me llevaron a esa conclusión tan negativa. Pero es justo reconocer que todo el equipo, con Zidane al frente con su acierto en la pizarra, ha reaccionado con bravura, entusiasmo, profesionalidad y compromiso. Y goles. Muchos goles. Seis al Galatasaray, cuatro al Eibar. Torrente de buenas noticias. Zizou
sacó el magisterio de Director de Recursos Humanos y rebajó el suflé de Rodrygo con una apuesta plagada de riesgos por los daños colaterales que habría tenido una derrota ante el Eibar. Pues Lucas Vázquez titular. Y minutos en el segundo tiempo para Vinicius y Brahim. De una tacada, recuperó tres jugadores para la causa. Y encima con un resultado inmejorable. Zinedine sabe manejar esos hilos y el tiempo le acaba dando la razón. Chapeau por el marsellés.
Sociedad Ilimitada.
Es la que tienen organizada Benzema y Hazard. Por fin el belga fue fiel al megacrack que vino del Chelsea y metió 50.000 almas en el Bernabéu para su estreno. Eden se gustó, desequilibró a De Blasis hasta volverle loco, se atrevió incluso de rabona y provocó un penalti. Su mejor partido de blanco. Lo hizo bajo una lluvia torrencial, la misma que le acompañaba en muchos campos de la Premier en sus múltiples exhibiciones con el Chelsea. Y seguirá creciendo. Su sociedad con Benzema promete noches de blanco satén en el santuario de La Castellana. Karim ya los mete a pares, hasta el punto de alzarse de momento con la cabeza del Pichichi (a la espera de lo que haga hoy Gerard Moreno en Palma). Sigue de dulce. Le sale todo. Puro arte. Un regalo para los ojos.
Precedente.
Este Madrid imperial me recuerda al que vi el 22 de noviembre de 2014 en este mismo estadio. Con lluvia intensa y un frío de perros el equipo de Ancelotti dio una lección de compromiso profesional. Este fue el once: Casillas; Carvajal, Pepe, Ramos, Marcelo; Kroos, Isco, James; Bale, Benzema y Cristiano. Una goleada contundente e idéntica a esta (0-4), que llevó la firma de Cristiano (2), James y Benzema. Ese Madrid entusiasmaba por el orgullo competitivo de sus cracks, empezando por el portugués. Pues lo he visto reeditado en este 9 de noviembre. Magnífico síntoma para pensar en un presente y futuro más halagüeños.
Ipurua, chapeau.
Me cae muy bien el Eibar. Su historia de superación, en el campo y en los despachos, y el buen rollo de su entusiasta afición. Con el Madrid siempre se portan de diez. Y nos unen muchas cosas. Ipurua, un estadio coqueto que tiene un césped de bandera, se inauguró el 14 de septiembre de 1947. El Bernabéu lo hizo el 14 de diciembre... de 1947. Inauguramos casa casi a la vez. Ojalá sigan muchos años en Primera.
Recordatorios.
Las sonrisas del madridismo me llenan de optimismo. Me lo transmiten los vikingos de Eibar (tienen allí una peña ejemplar), La Coma, Cubillos del Rojo, Cabuérniga, Marina de Cudeyo, Ribamontán al Monte, Medio Cudeyo, Riotuerto, Solórzano y Entrambasaguas. Y este gran triunfo va por Javier Serrano, uno de los socios fundadores de la magnífica peña de Viladecans (Barcelona), que se nos fue para siempre.