AS (Las Palmas)

La ‘Messiseñal’

Hat-trick del argentino con dos golazos de falta ● El Barça sigue muy plano ● Semedo, lesionado

- SANTI GIMÉNEZ

Activó el Barça la Messiseñal como en Gotham City activan la Batseñal cuando la ciudad cae en el caos. Es entonces cuando se proyecta un murciélago en la noche de la ciudad del crimen para que Batman acuda a repartir mamporros. Más o menos, lo que pasa en el Barça cuando las cosas empiezan a torcerse. Se proyecta una imaginaria y aparece el superhéroe para salvar al club. Ante el Celta fue lo que pasó. El argentino se impuso más allá del juego del equipo, que sigue siendo deprimente, para marcar tres goles a balón parado y dar paz a la entidad para irse como colíder al parón tras golear al Celta por 4-1.

Se había ido el Barça entre pitos el martes pasado ante el Slavia de Praga y la música de viento tardó 18 minutos en volver a aparecer en un Camp Nou bastante desangelad­o por el frío en el juego y en el clima. No era de extrañar la queja del público, que se volvió a encontrar de salida con un Barça muy plano. Pese a la sacudida que le dio Valverde a la alineación con la entrada de Ansu, de Arthur, de Sergi Roberto, de Umtiti, el equipo seguía en estado vegetativo.

El Celta, en cambio, salió valiente en busca de la presión alta y marcando hombre contra hombre. Únicamente las aparicione­s

Mde Messi sacaban al Camp Nou del desencanto que vivía. El argentino está a otro nivel, juega otro partido y a veces, por desgracia, parece que está en otra dimensión tan lejana a la de sus compañeros que la falta de acompañami­ento produce melancolía. El Celta, con la excepción de Messi, controlaba al Barcelona sin demasiados agobios hasta que se cumplió aquello de que a perro flaco, todo son pulgas. A la primera incorporac­ión de Junior en ataque, Aidoo fue al suelo a cortar la jugada y el balón le tocó en el brazo que tenía elevado. Penalti que Messi convirtió en un pase a la red después de estarse dos minutos esperando a ejecutarlo porque se produjo el cambio de Busquets por Semedo, lesionado.

Con la ventaja en el marcador, el Barça perdió el mando del partido cuando en una aproximaci­ón del Celta el colegiado juzgó como falta una recuperaci­ón de Messi que Lucas Olaza mandó de un certero zurdazo al fondo de la portería. Pero, de nuevo, se activó la Messiseñal y en el último minuto de la primera parte el argentino marcó un golazo, este sí imparable ante el que nada pudo hacer Rubén, con otro libre directo.

El Barça llegaba vivo, al menos en el marcador, a una segunda mitad en la que Dembélé entró por Ansu Fati y a los 30 segundos ya dejó sentados a dos rivales antes de fallar a la hora de matar.

El que no duda a la hora de matar es Messi. Tuvo una nueva falta en la frontal a los tres minutos de la reanudació­n y el Camp Nou, los de la barrera, los de las palomitas y los jugadores del Barça ya sabían lo que iba a pasar. Balón ajustado al palo y 3-1.

Tras el tercer gol de Messi, el Barcelona seguía viviendo del astro argentino, que en un alarde de generosida­d incluso se esforzó para que Griezmann viera puerta antes de que Luis Suárez entrara en su lugar. Busquets, en medio de la depresión general del Celta, anotó el cuarto tanto tras un rechace y el partido fluyó hasta el final, el parón y el liderato. Pero el problema sigue ahí, lo que pasa es que está Leo Messi.

 ??  ?? Leo Messi, protagonis­ta absoluto del partido, celebra su primer gol al Celta tras batir a Rubén al transforma­r un penalti.
Leo Messi, protagonis­ta absoluto del partido, celebra su primer gol al Celta tras batir a Rubén al transforma­r un penalti.
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