El joven de 22 años tuvo aplomo para levantar un set a Bautista

Esa ruleta en la que parecen disfrutar los eslavos de sangre fría. Tuvo bola de partido Rafa y la levantó Khachanov, que se procuró una bola de set... el escalofrío recorrió la Caja. Pero Nadal supo arreglarlo. Se escuchó un “¡Uffff!” antes del “¡Rafa, Rafa!”.

Antes, Roberto Bautista había topado con Andrey Rublev: 6-3, 3-6 y 6-7 (0/7). El castellonense no logró romper su mala racha en la competición por países en un partido extenuante. Venía de sufrir dos derrotas en cinco sets frente al británico Cameron Norrie en Marbella y contra Benoit Paire en Lille en las semifinales de 2018. Su noveno puesto en el ranking ATP (el mejor de su vida) y su suplencia en el Masters no pesaron. La Davis quema.

Rublev se dio a conocer al mundo, precisamente, en la Davis. En una eliminatoria que España perdió en los confines de Siberia, en Vladivostok, en 2015. Entonces, el pelirrojo entrenado por el español Fernando Vicente ganó el punto decisivo contra Pablo Andújar. Ahora, ya con 22 años y situado 23º del ranking, demostró que no se achanta. En el primer set, el español rompió para 3-1, levantó una de las cuatro bolas de break de que dispuso el moscovita en un brutal intercambio de 47 golpes y se llevó el parcial.

Se presentía un arranque plácido, pero Rublev igualó con coraje generando bolas de break como si tuviera una máquina. En el tercer set, se sucedieron las roturas (dos para cada uno), la presión comenzó a pesar toneladas, los calambres aparecieron en el ruso, los intercambios hicieron mella en el español. Y en el desempate, sólo hubo un tenista: Rublev, que puso piedras en el camino de España tras el 3-0 que endosó Rusia a Croacia en la primera jornada. “Tengo que estar tranquilo, porque lo he dado todo en la pista”, se despidió Bautista, que queda tocado.

Rublev