Wass deja abierta la puerta
Ajax, Valencia y Chelsea dependen de sí mismos en la últi
El argentino, que jugó infiltrado por problemas en la espalda, vio su tercera cartulina en la liguilla, por lo que cumplirá sanción en el decisivo duelo ante el Ajax.
La Champions se creó para noches como la de Mestalla. Puro derroche emocional y físico. Fue un partido en el que el Valencia y el Chelsea estuvieron a la altura de las circunstancias, de la competición. No se mete cualquiera entre los 16 mejores de Europa y por ser uno de ellos pelearon hasta la extenuación. El billete lo tuvo en su mano Rodrigo en el 95’. Pero habrá que esperar a la última jornada. El Grupo H se resolverá el 10 de diciembre y cualquiera de los tres que lo encabezan, Ajax, Valencia y Chelsea, tienen opciones. Los che juegan en Ámsterdam, donde pasarán si ganan o en su defecto si hacen lo mismo que el Chelsea contra el Lille. No es sencilla la papeleta, porque implica dejar fuera al Ajax, pero todo será más fácil si Maxi Gómez está más inspirado cara a puerta de lo que lo estuvo anoche.
En Mestalla pasaron infinidad de cosas y a cada cual más decisiva. La imagen de Gayà abandonando el césped en camilla resume lo que fue el partido. El lateral cayó rendido una vez pitó el árbitro el final. No le quedaba aliento y no era el único al que le costó llegar al vestuario. Las idas y venidas fueron constantes. Quizás solo Batshuayi se quedó con gasolina en el depósito. Las llegadas a las áreas de Cillessen y Kepa fueron continuas. Cada equipo tuvo su momento en el partido. Mejor el Chelsea en los inicios de cada parte, pero la fe del Valencia fue inquebrantable.
El Valencia se levantó a cuantas bofetadas recibió, que fueron varias. La primera, de Kovacic, que empató sin casi dejar celebrar su gol a Soler. La segunda fue cosa del VAR, que tras 3’ de escuadra y cartabón daba validez al 1-2 de Pulisic. Y la tercera, de Kepa a Parejo, que falló otro penalti en Champions (Juventus y Ajax). Pero este Valencia es cabezón. Tuvo más fe el equipo que su grada, que sólo animó como ella sabe a raíz del gol de la esperanza de Wass. Los 7’ de prolongación eran un mundo tal como estaba el partido. Ahí la tuvo Rodrigo. Pero no entró.
GARAY, BAJA EN ÁMSTERDAM