● El atletismo aterriza en los Desayunos Olímpicos de AS ● Raúl Chapado, Fernando Carro y Celia Antón, los invitados
Oumaiz, que ganó Atapuerca con 20 años. Antón correrá con las Sub-23, categoría en la que ya fue quinta en 2018. Carro tratará de sacar un buen puesto para el equipo.
El madrileño filosofa sobre la importancia del campo a través para los fondistas. “Hay un circuito en España muy potente, que nos asegura una estabilidad económica más allá de las becas de la Federación y los sponsors. Eso hace que tengamos una tranquilidad para saber que nos podemos dedicar a esto”, señala Carro y va a una anécdota: “Una vez tuve una conversación con Arturo Casado, que es mi referente, y me dijo: ‘Tranquilo, espera tu momento”.
Lo que no tendrá Carro en verano es posibilidades de competir de nuevo en la final de la Diamond League, porque World Athletics (la Federación Internacional) ha suprimido de su programa los 3.000 obstáculos, el triple, el disco, los 5.000 y los 200. “No lo veo como algo negativo, aunque no sean de diamante se harán algunos obstáculos en los mítines y, sinceramente, entre mis objetivos no estaba ganar la final”, aclara Carro. Chapado, que pertenece al consejo directivo de World Athletics, da su visión: “Los organizadores de los mitines son gestores privados y en un programa de una hora y media no caben todas las pruebas. Los atletas estaban molestos porque no se les comunicó directamente, pero se potenciarán otras reuniones como el Continental Tour”.
Europa. La gran reunión española se celebró en el reabierto estadio de Vallehermoso. “Tenemos uno de los presupuestos más bajos y subsistimos con creatividad e imaginación”, revela Chapado, que sitúa en el mapa el lugar en el que debe estar España a nivel atlético. “Nos fijamos en los países de alrededor, los de Europa. En los últimos Continentales de selecciones fuimos sextos y muy cerca de los terceros, con una descalificación incluida”.
Y de una visión global de élite, a la calle, al asfalto de las carreras populares. Carro y Antón coinciden: “Este boom nos beneficia, se habla más de atletismo, los padres que corren llevan a sus hijos a las escuelas”. Va Chapado: “Ahora hay casi listas de espera para apuntarse a atletismo, porque no hay tantas pistas y horas”.
En ese asfalto de los runners se libra la guerra de la tecnología con el calzado, tras la irrupción del fenómeno de las Nike Vaporfly Next%, esas zapatillas con placa de fibra de carbono. “Hay una comisión de World Athletics investigándolas, pero yo lo comparo a la evolución de la pértiga. Primero eran de bambú y ahora son de fibra de carbono”, cuenta Chapado. Carro, atleta Nike, las usa a menudo en sus entrenamientos: “Las he notado en que me han permitido hacer buenas sesiones y ser más continuo”. Antón, de Adidas, aclara: “Vamos a ver, las zapatillas no hacen magia. De todas formas estoy segura que otras marcas también evolucionarán”.
Chapado da un aviso: “Estamos en un época tecnológica del deporte. En ciclismo, en atletismo... Por ejemplo, en Doha los miembros del equipo japonés tenían una estación meteorológica y aplicaban los datos en tiempo real. Es una cuestión de mentalidad, guste o no el deporte va a evolucionar conforme a los nuevos tiempos”. Y Tokio 2020 y Japón tienen un objetivo: organizar los Juegos más tecnológicos de la historia.
A Tokio. Chapado hace cuentas y ve que sobre 45 o 50 atletas irán a la cita olímpica. Allí quieren estar Antón y Carro, que tira de sus recuerdos en Río: “Se crea un nexo especial. En la Villa Olímpica sientes que eres parte de algo. Hice amigos judocas, boxeadores... con los que ahora coincido en la Blume. Por ejemplo, conocí a Carlos Coloma en Navacerrada entrenando y luego vi que había ganado medalla y le felicité. Estaba en la habitación de enfrente de Nadal”. Fue precisamente el tenista el que dijo: “No me perdería por nada estar en la Villa Olímpica”. El año olímpico es mágico, pero tiene un componente de presión que se define en la sentencia de Celia Antón: “En este deporte entrenas durante cuatro años y todo se decide el día D y la hora H”. Rumbo a Tokio 2020.