Ni el Cádiz es capaz de frenar a este Deportivo
Merino dio a los gallegos su cuarto triunfo consecutivo
El milagro del Deportivo crece jornada a jornada a las espaldas de Fernando Vázquez. Cuarta victoria consecutiva, la permanencia en sus manos y un Riazor vibrando en la mejor entrada de toda la temporada. Y es que la euforia es normal, porque su última víctima se llama Cádiz, que llegaba a A Coruña con la corona de líder. Bache de los gaditanos, que acumulan cuatro partidos sin ganar y que no llegaron a inquietar a un Depor que ha pasado en menos de un mes de las catacumbas a ver el cielo despejado, casi soleado. El héroe del día fue Sabin Merino, un fichaje invernal que lleva dos goles en dos partidos y al que la afición ya adora.
La primera batalla del partido fue táctica, con dos equipos con pocas ganas de dominar y más felices con robos y espacios. Mucho control y rigor, tanto que en el primer tiempo el máximo sobresalto casi fue la lesión de Salva Ruiz. Todo respeto, como esperando los de Cervera que el Depor recordase que estaba en descenso y los blanquiazules que el Cádiz asumiese que el liderato estaba en riesgo. Fue igual, la disciplina defensiva se imponía a cualquier tentación ofensiva.
La guerra de nervios, la partida de ajedrez, continuó en el segundo acto, aunque poco a poco la intensidad subió. Algún robo más, alguna combinación más atrevida, aunque peligro real, poco. Todo casi plano, hasta que Gaku vio una grieta, o más bien la inventó, para dejar solo a Sabin Merino. Mano a mano, gol, el segundo en dos partidos, y carrera de época de Fernando Vázquez por la banda para que Riazor ardiese. Y con eso bastó porque el Deportivo fue una roca y el Cádiz, sumido en su bajón, no pudo ni supo encontrar la mínima fisura.