Griezmann evita el ridí
El francés remonta en el descuento un partido desastroso encuentro en su mano en la primera parte ● Setién inno
El Barcelona estuvo toda la primera parte sin chutar a portería rival. Un dato que ya de por sí resulta extraño, pero que lo es más si se tiene en cuenta que el rival en cuestión era la U.D. Ibiza, un equipo de Segunda División B. Eso sí, el equipo de Setién monopolizó el control del balón llegando en esa fase de partido hasta tener un 82% de posesión (78% en total). Con un 18%, el Ibiza marcó un gol, le anularon otro y disparó al poste.
Dos goles de Griezmann en el arreón final, el segundo en el minuto 94 y en posición dudosa, permitieron a Setién seguir vivo en la Copa tras ganar al Ibiza por 1-2. Pero al nuevo proyecto del Barça le falta rodaje. El partido de los blaugrana fue impresentable ante un Segunda B que rozó la proeza ante un transatlántico que rozó la tragedia.
El efecto Setién quedó seriamente en entredicho en una de las peores primeras horas de partido que se le recuerdan al Barcelona. El nuevo técnico, fiel a sus convicciones, eligió de salida un dibujo revolucionario. Planteó una defensa de tres centrales. De ahí para delante, una serie de peloteros que consiguieron que el técnico local se planteara cambiar al portero porque en 45 minutos no le dispararon. Ansu Fati y Carles Pérez perdían todos sus duelos, De Jong no aparecía, el partido no le interesaba lo más mínimo a Griezmann y Rakitic. Y Riqui Puig era un drama, se arrugó ante el remate de Pérez que supuso el primer gol del Ibiza tras tocar en Caballé.
Con el 1-0, el Ibiza vivió como un obispo. El Barça no le hacía ni cosquillas mientras que a la contra Rodado marcó un tanto justamente anulado por empujón a Lenglet y Raí minutos después disparó al poste. Un desbarajuste total de un Barça en barrena al que le quedaban 45 minutos para evitar un ridículo mayúsculo. El ridículo a secas no se podía solucionar por mucho que se remontara.
Para intentar la remontada, Setién aportó un retruécano a su sistema, introduciendo a Alba por Carles Pérez y retirando a Riqui por Arthur. El cambio se notó porque a los dos minutos el brasileño conectó con De Jong, que sirvió a Griezmann la asistencia del gol del empate. Era el primer disparo entre los tres palos del Barça en 70 minutos y quedaban por delante 20 para maquillar el bochorno.
Un final que se alargó por seis minutos que le sirvieron al Barcelona para definir el partido en otra arrancada de Griezmann en posición bastante discutible, pero no había VAR que corrigiese el presunto error, de la misma forma que el gol de Griezmann no destierra la sensación de bochorno del equipo blaugrana.
PRIMERA PARTE: NI UN DISPARO