El positivo de Calderé
■ En plena recuperación de sus males gástricos, el barcelonista Ramón Calderé comenzó a incubar una bronquitis-neumonía y en el hospital entre el doctor local Rodríguez Noriega, miembro de la FIFA y responsable de la comisión antidopaje y el doctor de la Selección, le recetaron un producto, Bisolvon Compositum. Ese medicamento estaba prohibido en la lista de fármacos de la ley antidopaje por contener efedrina que fue, finalmente, el causante de la irregularidad sucedida cuando Calderé pasó el control después del segundo partido contra Irlanda del Norte, en el que jugó 30 minutos. Por supuesto, el médico español reflejó en la documentación pertinente antes del partido que el jugador había sido tratado con dicho medicamento, pero la ley señalaba que sólo se podía consumir 72 horas antes de jugar por lo que la FIFA se puso de parte de los médicos responsables del antidopaje, amonestó al doctor español por recetar el producto, sancionó a la RFEF con 25.000 francos suizos de multa (1,8 millones de pesetas/11.000 euros) y, afortunadamente, eximió al futbolista de toda culpa. “Yo me tomé lo que me dieron”. De hecho, Calderé jugó el siguiente partido contra Argelia y marcó dos tantos. Goles muy celebrados por sus compañeros que ya conocían la situación del centrocampista aunque todavía no se había
hecho pública.
Inocente Calderé declaró que tomó lo que le dijeron, fue eximido y se multó a la FEF