Bajonazo preclásico
Dos goles de precisión del Celta quitaron al líder dos puntos en una tarde en la que el Bernabéu aplaudió el regreso de Hazard y el golazo de Kroos. El punto es de oro para el Celta.
Y dale con el 4-3-3.
Sé que cuando los periodistas nos metemos a entrenadores generalmente terminamos haciendo el ridículo. Ni tenemos los conocimientos tácticos necesarios ni sabemos lo que pasa en el día a día de Valdebebas. Nos falta información y hablamos como los que compran un piso sobre plano. Hasta que te dan las llaves de casa y te metes dentro no valoras de verdad lo que te va a esperar. Pero no digo ninguna temeridad si recuerdo que los dos últimos partidos en el Bernabéu, con 4-3-3 en la pizarra, el Madrid ha encajado seis goles (cuatro de la Real Sociedad y dos del Celta). Es un sistema que te permite jugar más vertical y más ofensivo, pero no hace falta ir a la hemeroteca para rescatar las dos últimas finales de Champions ganadas en Cardiff y en Kiev, con 4-4-2 y un centro del campo armado y sólido. A mí ver de arranque a Modric e Isco en el banquillo, sin duda los dos mejores de la reciente conquista del Sadar, me hizo arrancar el partido con un mal presentimiento. Muy desencaminado no andaba...
Aspas & Bale.
Dos jugadores-franquicia de sus equipos, pero con un temperamento y una disposición escénica diametralmente opuestos, aunque esta vez el galés se ganó los aplausos por su esfuerzo en ayudar en defensa al equipo. Por su parte, el genio de Moaña (32 años) es el alma de este Celta reforzado con nombres de altura (Rafinha, Santi Mina, Denis Suárez...). Iago Aspas, que vuelve a presentar su candidatura para estar con España en la próxima Eurocopa, filtró un pase impecable a Fedor Smolov cuando los más rezagados ni habían entrado al estadio. Este fichaje de invierno ya nos amargó en el Mundial de 2018 cuando los rusos nos mandaron de vuelta para casa. Ese 0-1 fue un mazazo. Vuelta a empezar. Y con todo a favor, de nuevo un pase filtrado espléndido, esta vez de Denis, que permitió a Santi Mina recordar que ya en Valencia metió goles con clase y de los que te dan puntos. El empate es oro para el Celta, pero para el Madrid de Zizou es cicuta...
Bien Hazard.
El Madrid ha dado la vuelta al Mundo del fútbol en 82 días, los que ha estado ausente el belga, y ha logrado asentarse en la cabeza de LaLiga además de asegurar su pase a los octavos de Champions. No nos hemos desangrado sin él, pero está claro que Hazard le da al equipo un plus en ataque. Su acción en el penalti del 2-1 demuestra su inteligencia. Otro no hubiera luchado por ese balón. Él, con su sola presencia, sacó de plano a Rubén, que hizo un penalti ingenuo. Pero es que Hazard es una amenaza si ves que ataca el esférico. Eden llegará a tope ante City y Barça. Seguro que en esas noches mágicas del Bernabéu la chistera la sacará él.
Kroos, magisterio.
El alemán tiene un guante en sus botas. Su remate en el 1-1 es de cirujano. Zurdazo preciso, liftado, tocado con tanta calidad que más bien parecía un pase a la red. Cuando Toni Kroos se pone el esmoquin, es único.
Interruptus.
Les mentiría si no reconociese que para la afición este empate ha supuesto un bajonazo tan imprevisto como difícil de asumir. A sólo dos semanas del esperado Clásico del 1-M, este frenazo sienta como una migraña. Hay que ganar en Orriols como sea al Levante y llegar a tope a la semana tremenda del Bernabéu (City y Barça seguidos). José Ramón, de Burela, y Dani Mosquera, de Narón, me dicen que ellos son optimistas. Así sea, amigos.