Pitos y nervios contra el sistema
■ Los más veteranos del Camp Nou recuerdan como el estadio estallaba en una sonora pitada cuando a principio de la década de los 90, José Mari Bakero ejecutaba el pase atrás. El atacante navarro únicamente expresaba sobre el campo la filosofía que trataba de implantar Johan Cruyff, un juego de posición en el que el balón circulaba buscando los puntos débiles de la defensa rival y que, si no se encontraban, se volvía a comenzar. De ahí el pase atrás.
Esta costumbre parecía absolutamente asimilada. Ese público que al principio no lo entendía y lo silbaba, llegó a aplaudir los pases hacia atrás.
Toda esa historia amenazó con romperse el sábado cuando una parte del Camp Nou empezó a silbar los pases atrás en defensa y el inicio de la jugada por parte de
Definitivamente, Messi se ha regañado con el gol. Por primera vez en más de seis años, el argentino se pasa cuatro jornadas de Liga sin marcar. Ansiedad o no, la racha empezó en Mestalla contra el Valencia; siguió contra el Levante; continuó en Heliópolis contra el Betis; y, de momento, se ha extendido al partido contra el Getafe. Messi no pudo con Jaume Domènech, Aitor, Joel ni David Soria. Suma como una treintena de tiros en los últimos partidos, aunque cada día su producción de lanzamientos baja más.
El sábado pasado contra el Getafe estuvo fallón en la primera parte. Erró un intento de vaselina que normalmente ejecuta con maestría y luego se encontró con Soria después de un centro de Griezmann, pero su remate de cabeza tampoco vio puerta. También lo intentó de falta directa sin suerte. En la segunda parte apenas apareció, lo que aumenta el runrún sobre esa fatiga muscular en la pierna izquierda con la que está jugando y de la que todos andan tan pendientes a diez días del partido de Nápoles y dos semanas de la visita al Bernabéu en el Clásico contra el Madrid, en un duelo que apunta a que marcará un antes y un después en la competición liguera. Hace seis temporadas, Messi estuvo 13 jornadas
Ter Stegen, que dio 69 pases. Setién explicó que él entendía que esos pitos eran “síntomas del nerviosismo por el resultado y el curso del partido”. “A veces hasta yo también me pongo nervioso, el riesgo es alto, pero el beneficio también. Lo seguiremos haciendo”. seguidas sin marcar, aunque en cinco de ellas no jugó por una rotura muscular. Significa eso que su racha se estiró hasta ocho jornadas de sequía.
El argentino sigue gobernando el juego del Barça y contra el Getafe rompió el partido con un pase magistral a Griezmann. Lleva seis asistencias en los últimos tres partidos de Liga, lo que compensa su falta de acierto de cara a la portería contraria. De hecho, seis de los últimos siete goles del Barcelona llegan después de un último pase del argentino.
Pero es evidente que Messi no ve puerta. No han sido sólo las cuatro jornadas de Liga. También ese partido de Copa contra el Athletic en el que tuvo la clasificación para semifinales pero se topó una y otra vez con Unai Simón, que frustró una
Asistente Compensa su falta de gol con seis pases decisivos en tres partidos
definición aparentemente buena del seis veces Balón de Oro. El Athletic, en cambio, aprovechó las pocas ocasiones que tuvo. Y otro dato significativo. Para Messi, que ha llegado a marcar 50 goles en una misma edición de LaLiga, no es normal en los últimos años haber marcado sólo catorce en la jornada 24. Es el máximo goleador más pobre de LaLiga desde la temporada 2001-02, cuando Kluivert, Catanha y Raúl llevaban once.
Messi admitió algún gesto de contrariedad durante el partido ante el Getafe. Realizó arrancadas de superclase, pero le cuesta mantener más los esfuerzos continuados y terminó visiblemente frustrado con el desarrollo del partido. No obstante, su implicación en el juego y en la realidad del equipo es indiscutible.
El argentino se sabe estrella, capitán y líder del grupo y aunque es consciente de que la temporada se ha complicado por la mala cabeza del equipo fuera de casa, su lesión de inicio de temporada y la actual de Luis Suárez (su mejor socio en el terreno de juego), todavía se ve en disposición de ganar algún título.
Para muchos, lo más tranquilizante es que tenga el partido del Bernabéu cerca… Entonces Messi saca las antenas. Pero antes le tocará el Eibar y, especialmente, la visita a San Paolo, el templo de Diego.